El dueño del Neuchatel suizo, el millonario checheno Bulat Chagaev, no se anda con rodeos. El sábado por la noche irrumpió en el vestuario del equipo que entrena Joaquín Caparrós y en el que juegan los también españoles David Navarro, Víctor y Arizmendi, acompañado de sus guardaespaldas armados y amenazó a los futbolistas por el empate ante el Lausana. Lo reveló el portal suizo '20 minutes', que ofrece las declaraciones de un futbolista que pidió mantener el anonimato: "Algún día nos va a matar a todos. Fallas un pase o tienes un error y temes que pueda pasarte algo". Caparrós tampoco está muy contento, porque tras el partido dijo no sentirse "apoyado ni comprendido por sus jefes".
El Neuchatel era un equipo tranquilo hasta que llegó Chagaev, que no es la primera vez que aterroriza a sus futbolistas. El pasado 29 de mayo ya bajó al vestuario en el descanso de la final de Copa que el Neuchatel perdió contra el Sion (2-0) y amenazó de muerte a los jugadores. Chagaev tiene arrebatos y caprichos. Esta temporada decidió despedir a Galatto, exportero del Málaga, tras el primer partido de la Liga. Algo parecido a lo que le hizo al exazulgrana Sonny Anderson, que hacía sus pinitos como director deportivo del club suizo. También le despidió fulminantemente.
Bulat Chagaev, que tiene buena relación con el presidente de Chechenia, Ramzán Kadyrov, se dedica al gas, un negocio tan lucrativo o más que el del petróleo. No tiene tiempo para gastarse el dinero que gana, y le ha dado por el fútbol. Caparrós ha firmado por una temporada, pero podría dimitir antes, más pronto que tarde, si la cosa sigue así. Como dijo Bill Shankly, "el fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es algo mucho más importante".
Ahora va a resultar que ser futbolista es una profesión de riesgo, madre mía, donde te has metido Caparros.
El Neuchatel era un equipo tranquilo hasta que llegó Chagaev, que no es la primera vez que aterroriza a sus futbolistas. El pasado 29 de mayo ya bajó al vestuario en el descanso de la final de Copa que el Neuchatel perdió contra el Sion (2-0) y amenazó de muerte a los jugadores. Chagaev tiene arrebatos y caprichos. Esta temporada decidió despedir a Galatto, exportero del Málaga, tras el primer partido de la Liga. Algo parecido a lo que le hizo al exazulgrana Sonny Anderson, que hacía sus pinitos como director deportivo del club suizo. También le despidió fulminantemente.
Bulat Chagaev, que tiene buena relación con el presidente de Chechenia, Ramzán Kadyrov, se dedica al gas, un negocio tan lucrativo o más que el del petróleo. No tiene tiempo para gastarse el dinero que gana, y le ha dado por el fútbol. Caparrós ha firmado por una temporada, pero podría dimitir antes, más pronto que tarde, si la cosa sigue así. Como dijo Bill Shankly, "el fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es algo mucho más importante".
Ahora va a resultar que ser futbolista es una profesión de riesgo, madre mía, donde te has metido Caparros.