El Almería dominó los primeros compases de un partido de rápidas
transiciones y de poco peligro. Los únicos lances con cierto interés
venían tras jugadas a balón parado. Pero, o se quedaban en nada, o el
fuera de juego provocaba que todo quedara en papel mojado.
Un
gol bien anulado al Almería por fuera de juego, parecía que iba a
espabilar a ambos equipos. Pero poco cambió. Eso sí, el club coruñés
empezó a hacerse con el control del partido de forma pausada pero
imparable.
Hubo
que esperar hasta el minuto 35 para ver la ocasión de mayor peligro.
Un balón en largo de Morel que despeja hacia atrás la defensa del
Almería y deja solo a Bruno Gama. En el uno contra uno frente a Esteban,
el portero almeriense le ganó bien la partida.
Cuando parecía
que el partido se iba a ir al descanso con empate a cero, un robo del
Almería en tres cuartos de campo, pilló descolocada a la defensa
deportivista que, tras llegar el balón a banda, un centro de Rafita es
rematado por Ulloa a gol. El delantero picó bien la pelota para marcar
de un cabezazo por entre las piernas de Aranzubia.
Tras la
reanudación, Jose Luis Oltra no esperó mucho en hacer cambios. Quitó del
campo un mediocentro para meter un delantero más. Sus intenciones eran
claras, pero sus resultados eran los mismos. El juego de construcción
deportivista se perdió entre balones largos y contras rápidas.
El
encuentro se volvió trágico. Rápidas idas y vueltas provocaron más de
una ocasión de gol. Las bandas ganaron protagonismo. De un ataque
eléctrico llevado por el almeriense Aleix Vidal, cedió el balón a un
solitario Ulloa que disparó a las manos de Aranzubía.
Minutos
más tarde pasó algo parecido y, de nuevo, Ulloa falló. Esta vez por
partida doble ya que, tras disparar y parar el portero deportivista, el
rechacé cayó a sus pies. Pero volvió a marrar.
Las contras del
Almería eran como rayos. Los veloces extremos hicieron lo que quisieron
con los adelantados laterales coruñeses. En uno de esas, el balón cayó a
los pies de Aarón Ñíguez que, tras un disparo de nuevo repelido por
Aranzubia, el balón volvió a sus pies y, esta vez sí, mandó el balón al
fondo de las mallas.
Con el partido casi acabado, Colotto no
llega a despejar un balón y, el incombustible Vidal, llega por la
espalda, le roba el esférico y, cuando se disponía a irse hacia la
portería, el italo-argentino lo agarró. Expulsión merecida y falta
peligrosa. Pero el disparo se fue alto. Después de eso ya no hubo tiempo
para más.
Con esta victoria los almerienses siguen luchando por
entrar en puestos de play-off por el ascenso mientras que, el Dépor,
pierde la ocasión de dejar casi sentenciado el ascenso.
Cayo el lider aunque ya practicamente no se jugaba nada.