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Washington Wizards - Indiana Pacers
El formato de playoffs da casi siempre ocasiones para la redención de entrenadores y jugadores. Tras protagonizar un partido nefasto el pasado viernes, Pacers y, sobre todo, Wizards, se congraciaron con el baloncesto y ofrecieron un espectáculo que, sin ser excelso, si fue al menos digno. Washington estuvo muy cerca de empatar la serie gracias al trabajo de Ariza y Beal, y a la energía de su banquillo (32 tantos por sólo 2 de los suplentes de su rival), pero un final lleno de desaciertos y la oposición del mejor Paul George de lo que va de postemporada (39 puntos y 12 rebotes) hicieron estéril su reacción. Hibbert, de menos a más, volvió a estar bien. Y Wall no pudo (tenía molestias en un ojo) o no supo llevar a su equipo al triunfo (92-95 y 3-1 para Indiana). Pecados de juventud de unos Wizards que están al borde de la eliminación.
El partido arrancó con aroma a eliminatoria sentenciada. George y Hill anotaron nueve de las doce canastas de los Pacers en el primer cuarto que dieron al conjunto que entrena Frank Vogel varias ventajas de cinco puntos hasta el 8-13. De no haber sido por los diez tantos de Ariza y por la buena defensa sobre Hibbert (gorrazo de un, por lo demás, intrascendente Gortat), Washington lo hubiera pasado mucho peor. Stephenson, con un triple cerró el parcial con ventaja visitante (26-27).
Pero estaba por llegar la explosión del banquillo wizard. Seis puntos seguidos del reutilizado Harrington, canastas de Miller y Gooden, y mate en bello alley-oop de Webster sumaron el 12-0 de la salida del equipo local en el segundo cuarto. Indiana estuvo más de cuatro minutos sin anotar, hasta que lo hizo Watson, y empeoró mucho su porcentaje de tiros de campo. Hibbert siguió sufriendo en ataque y colaboró poco en la recaída defensiva de los de Indianápolis. La ventaja de los capitalinos se fue hasta los 17 puntos (55-38) con un canastón de cierre de Wall. Oteando el horizonte con su ojo bueno, el base se marcó un coast to coast terminado con bandeja majestuosa tras pasarse el balón por la espalda y cambiarlo a su mano izquierda. Ahí se quedó su magia.
Y cuando el partido parecía totalmente controlado por los Wizards con un +19 tras tiro de Nené, George tomó el mando (13 puntos en el tercer cuarto) y un repunte de Hibbert en ambas zonas sumó para que los Pacers firmaran un parcial de 4-20 y llegaran a los 12 últimos minutos a un solo punto tras un triple librado del alero all star (72-71). Los de DC estaban contra las cuerdas, a punto de besar la lona.
El pánico se apoderó del Verizon Center tras otro canastón lejano de George (74-74), hasta que el banquillo local, muy superior al del contrario, acudió de nuevo rescate. El trabajo de Miller, un base con alma de pívot, la hiperactividad de Harrington y la brega incesante de Gooden obraron el 11-2 que dio un respiro al equipo de Randy Wittman (85-76 a 7:09 del final). Lo malo para Washington es que George aumentó el nivel de su modo crack y con dos nuevos triples (terminó con 7 de 10) y una agresividad tremenda se adueñó de la situación. Wall acertó por una vez desde el perímetro y tiro del carro con más corazón que cabeza en un intercambio de canastas y de tiros libres del que su equipo no salió vivo. Hibbert hizo mucho daño con un gancho demoledor a 1:02 tras una jugada farragosa. Wall se acobardó y Beal, mejor tirador, falló. Y a pesar de un par de acciones torpes de Hill y de Stephenson, y varias ocasiones por parte capitalina de llevar el duelo a la prórroga, los rocosos Pacers se sobrepusieron a sus 20 pérdidas para apuntarse el 3-1 y la opción de pasar a la final del Este el martes en su cancha. La experiencia es un grado y a los Wizards aún les falta. Fuente as.com
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