New York Knicks 96 - 93 Charlotte Hornets
Ante 19.812 espectadores que agotaron las localidades del Madison Square Garden (el cuarto de los edificios con este nombre), Carmelo Anthony supero los 20.000 puntos totales en la anotación de su carrera en la NBA, con un triple a 7:42 del final del primer cuarto. La asistencia vino del base Shane Larkin, que aprovecha el hueco dejado por la lesión (tirón en el gemelo) del español José Manuel Calderón. Anthony cerró la noche en el Madison con 28 puntos en 34:43 de acción (12/22 en tiros, 2/3 en triples) y fue el salvador material de unos Knicks que parecían encaminados a su segunda derrota casera en dos partidos. Al fin, el veterano club neoyorquino que preside Phil Jackson y entrena (?) Derek Fisher se impuso por 96-93 a los Charlotte Hornets, que jugaron para empatar a 95 a falta de 22 segundos y fueron perjudicados por varias decisiones arbitrales en los últimos minutos. En el minuto 19, los Knicks vencían por 43-28, en los mejores minutos del dúo Anthony-Stoudemire, pero los Hornets reaccionaron a base de defensa y rebotes, más los puntos de Al Jefferson (21), Lance Stephenson (14), Gary Neal (17) y el base Kemba Walker: 16. Con nueve rebotes y ocho asistencias, un gran Stephenson rozó el 'triple doble'. Así que en el descanso, los Knicks ya sólo ganaban por 52-50.
En la segunda parte, el club de Charlotte (con Jefferson, Stephenson, Neal... Cody Zeller) era mejor en las operaciones colectivas y dominaba por 83-86 en el minuto 42. A 2:00 de la sirena definitiva se registraba empate a 93... tras triple providencial de Iman Shumpert para los Knicks. A fin de cuentas y cuando en el Garden ya se vivía la tensión de un nuevo drama, Anthony resolvió la situación, aunque los árbitros Garretson, Wall y Cutler colaboraron al arrebatar un saque de banda a los Hornets por rigurosísima cuenta de cinco segundos: los Knicks pesan lo suyo en la Liga.
Sólo otros dos hombres que hayan jugado en los Knicks, en la NBA, han superado los 20.000 puntos: los pívots Patrick Ewing (24.815) y Walter Bellamy (20.941). Curiosamente, Ewing se sentaba en el banquillo de los Hornets como entrenador asistente. Bellamy, ya fallecido, fue campeón olímpico con EE UU (Jerry West, Oscar Robertson...) en los Juegos de 1960, en Roma.
Aislado, 'aclarado', buscándose la vida por sus propios medios ante el propio Stephenson y las ayudas de los Hornets, Melo Anthony logró nueve de los 13 puntos finales de los Knicks y apuntilló con los tres últimos: si se quita a Carmelo y a los destellos de Stoudemire (17 puntos) y Shumpert (15), el ataque neoyorquino es un decorado previsible, donde se insiste una y otra vez en el antiquísimo sistema de triángulo o triple poste que inventó Tex Winter hace más de 50 años en Kansas State y que rediseña constantemente el propio Phil Jackson. El banquillo de los Knicks es como un club de jubilados o reinsertados del 'staff' técnico de Jackson en los Lakers: Jimmy Cleamons (a cuyo lado se sentó Calderón), Kurt Rambis... y Fisher por delante de todos, cuando el verdadero entrenador, Jackson, ocupa uno de los palcos VIP del Garden.
Los Hornets, propiedad de Michael Jordan (que jugaba al golf en Florida) se mueven con cierto indesmayable espíritu universitario bajo las órdenes del técnico Steve Clifford, a quien adornan casi dos décadas de experiencia en la NCAA. Charlotte venció por 35-38 en la cuenta de rebotes. Por espíritu, control, preparación y defensa, los Hornets merecieron cerrar con victoria la tumultuosa tarde dominical del Madison Square Garden. Lo impidieron ciertos detalles arbitrales... y la muñeca mágica de Melo Anthony.
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