Volvía por fin el futbol a Vallecas después de su
travesía por el desierto lejos de la élite y eso se notaba en el barrio
madrileño. Ambiente de lujo en el estadio para recibir a un Zaragoza que
llegaba tocado después de sufrir una goleada de escándalo ante el Real
Madrid en el primer partido de Liga.
El césped se convirtió, de manera involuntaria, en uno de los protagonistas del duelo entre dos de los equipos llamados a sufrir
hasta el final por la permanencia en la Liga BBVA: su mal estado
demostró pronto que no se había adaptado tan rápido como el equipo al
cambio de categoría, y eso influyó en el choque.
Comenzó la primera mitad con un Rayo dispuesto a jugar y proponer ante su público frente a un Zaragoza parapetado atrás
que renunció al ataque en favor del equilibrio y solo se acercó a la
portería de Dani en acciones aisladas amparadas con el contragolpe con
Lafita como jugador más activo en la línea ofensiva.
Por su
parte, los franjirrojos dispusieron de las ocasiones más claras en la
primera parte: Michu, destacado como delantero centro y única
referencia, pudo cazar un balón en las inmediaciones de la potería de Roberto y después Movilla, que ya marcó en la primera jornada, lanzó un remate de cabeza al larguero.
El
primer periodo tampoco estuvo exento de polémica: un más que posible
penalti sobre Michu por parte de Efraín Juárez, que agarró de la
camiseta al delantero asturiano, fue muy reclamado desde la grada, aunque el árbitro no concedió la pena máxima.
Tras
el descanso, el guión trazado en la primera parte volvió a repetirse,
incluso con más posesión para el Rayo que comenzó a atacar de forma más
constante la portería maña. Aguirre no era capaz desde el banquillo de
dar más juego a los suyos, que ni siquiera reaccionaron con la incorporación de Barrera;
el mexicano, ex del West Ham, tuvo una ocasión ante Dani pocos minutos
después de su salida al césped, pero el portero franjirrojo aguantó
perfectamente desbaratando al acción.
Fruto del dominio del Rayo,
los de Sandoval dispondrían de un penalti que desató la ilusión en el
Estadio de Vallecas. En una jugada dentro del área de Michu, Paulo da Silva cometió una mano clara que decretó sin dudar Álvarez Izquierdo: fue Javi Fuego el que se dispuso a lanzar desde los once metros, pero Roberto leyó perfectamente la jugada y detuvo el cuero.
Sin el premio del gol, el Rayo siguió sin renunciar al ataque y Sandoval puso sobre el césped a tres delanteros
para buscar un triunfo. Solo Meira puso una nota al margen en el
monólogo ofensivo rayista, que culminó con un lanzamiento espectacular
de cabeza por parte de Delibasic, aunque Roberto voló para sacar el
esférico in extremis salvando a su equipo.
Sin embargo, faltaba el acto final: ya en el descuento, el partido se volvió loco y Michu consiguió marcar tras una asistencia de Delibasic, aunque el árbitro invalidó la jugada
por una falta muy dudosa del delantero montenegrino. Además, en la
siguiente jugada, Juan Carlos también conseguiría anotar tras posición
ilegal para consumar la locura antes del pitido final.
Con este resultado, el Rayo se coloca con dos puntos tras los dos empates cosechados en su estadio y en San Mamés, y buenas sensaciones de cara a lograr la permanencia.
Por su parte, el Zaragoza completa un choque gris y pobre de fútbol que
le sirve para ganar un punto pero no borra sus fantasmas.
Parece que el mallorca no es el unico equipo que parece que le falta gol