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El Hoffenheim vive este año su peor temporada en la Bundesliga, desde que llegara en 2008 a la máxima categoría, está a 11 puntos de la salvación y a 5 de la promoción por lo que el duelo del todopoderoso Bayern no era la mejor noticia. La peor defensa de la liga germana contra el mejor ataque, aunque presentara varias bajas -por decisión técnica- en su visita al campo del penúltimo de la tabla.
El partido tuvo un esperado color rojo aunque con más parsimonia y menos contundencia que en otras jornadas, un par de despistes posibilitaron que Williams y De Camargo pudieran anotar para los locales. El Hoffenheim ganaba en confianza ante un conjunto bávaro que no tenía el ritmo de otras tardes. Aún así, el cuarto de hora de gloria local se esfumó para recuperar los bávaros la batuta del partido.
El marcador se abrió a los 37' cuando Boateng rompía la defensa con un servicio en largo para Ribéry que inteligentemente asistía con la cabeza a Gómez para que éste, con sutileza, colocara el cuero al palo largo de Gomes. Acto seguido, una de las subidas de Lahn pudo suponer el premio para el capitán. Los muniqueses comenzaban a desmelenarse.
Los segundos 45 minutos empezaron abiertos a la par que inciertos tanto por el corto resultado como por las sensaciones. Ambos equipos llegaban al arco rival, aunque sin claras ocasiones, un ir y venir constante que sólo beneficiaba a los locales quienes acariciaban el empate con la yema de los dedos, las mismas que utilizaba el hoy cancerbero Stark, y ex guardameta del Hoffenheim, para salvar a los bávaros en un duro disparo de Schröck. La respuesta la ejercía Schweinsteiger de manera doble con sendos libres directos que golpeaban en la madera.
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El partido tuvo un esperado color rojo aunque con más parsimonia y menos contundencia que en otras jornadas, un par de despistes posibilitaron que Williams y De Camargo pudieran anotar para los locales. El Hoffenheim ganaba en confianza ante un conjunto bávaro que no tenía el ritmo de otras tardes. Aún así, el cuarto de hora de gloria local se esfumó para recuperar los bávaros la batuta del partido.
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