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Segunda victoria del equipo dirigido por Pep Guardiola en uno de los feudos de Alemania históricamente más adversos para el Bayern Múnich. Un triunfo que alarga la racha triunfal a 27 encuentros consecutivos sin perder. La victoria se firmó pronto, a los 13', gracias al olfato goleador de Mario Mandzukic en un duelo donde la puntería de los jugadores estuvo desajustada.
El Eintracht Frankfurt fue una de las revelaciones de la Bundesliga durante la pasada campaña. El abultado resultado recibido en la primera jornada en Berlín, 6-1 ante el Hertha, y la motivación de recibir al campeón propiciaron que el conjunto de las águilas afilaran sus garras en el arranque del choque, de forma decidida ante un Bayern que también había salido con criterio y monopolizando la posesión.
Un cabezazo de Kroos golpeaba la madera y servía de antesala al gol que nacía de un ataque bávaro desde la derecha, con Lahm y Müller, y moría con una volea de Mandzukic en el corazón del área. El tanto del croata asomaba antes del primer cuarto de hora. Un revés para las intenciones del equipo de Fráncfort que por inercia cedía, con el paso de los minutos, terreno de juego al rival.
A raíz de este mayor control, los muniqueses estuvieron cerca de engordar el electrónico con un remate a bocajarro de Dante blocado por Trapp, dando paso a un último arreón de los locales que pudo significar el empate en el testarazo de Meier a las mallas en dudosa posición de fuera de juego decretada por el colegiado. Un susto final para Pep Guardiola antes del descanso.
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Un cabezazo de Kroos golpeaba la madera y servía de antesala al gol que nacía de un ataque bávaro desde la derecha, con Lahm y Müller, y moría con una volea de Mandzukic en el corazón del área. El tanto del croata asomaba antes del primer cuarto de hora. Un revés para las intenciones del equipo de Fráncfort que por inercia cedía, con el paso de los minutos, terreno de juego al rival.
A raíz de este mayor control, los muniqueses estuvieron cerca de engordar el electrónico con un remate a bocajarro de Dante blocado por Trapp, dando paso a un último arreón de los locales que pudo significar el empate en el testarazo de Meier a las mallas en dudosa posición de fuera de juego decretada por el colegiado. Un susto final para Pep Guardiola antes del descanso.
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