Si hay una competición en la que este Sevilla ha brillado, esa es la Europa League. Por los campos del viejo continente los de Nervión han dejado su mejor versión y tras siete partidos no saben lo que es perder. Tras los últimos palos en Liga, vuelve la competición fetiche para recuperar sensaciones y disipar dudas pero el Slovan Liberec promete complicaciones y un mal resultado podría ser definitivo para el futuro de un Emery cada vez más discutido.
El tiempo en el fútbol es un término tan recurrente como escaso. Pocos o ninguno son lo que lo tienen en cuenta, la paciencia brilla por su ausencia y eso bien lo debería saber Unai Emery. El técnico se la juega. La afición ha perdido la paciencia tras los siete tantos encajados en el Bernabéu y la penosa imagen en la derrota frente al Celta. Su discurso cada vez cala menos, sus expectativas siguen sin materializarse y no es capaz de dar con el esquema que haga jugar bien a los suyos.
Por si fuera poco las bajas vuelven a golpear y Gameiro se quedará fuera de la convocatoria por unas molestias musculares. Las rotaciones serían una opción más que recomendable habida cuenta de la amplitud de vestuario y que por ejemplo M’Bia no podrá jugar en Cornellá por sanción. El partido con los vigueses demostró que el 4-2-3-1 con Rakitic de mediapunta es el sistema indicado pero no sería extraño que el ex del Valencia insistiera en su terca convicción de colocar al croata atrás, donde no exhibe su determinación en los últimos metros y donde sufre a la hora de defender.
Los checos vienen con ambición después de demostrar en el partido de ida que son el rival más complicado del grupo y el clima que se respira a orillas del Guadalquivir puede favorecerles para sacar algo más que positivo e incluso arrebatar el liderato a los sevillanos. Con Rabusic como estandarte pero con la complicada baja de su portero titular, quieren dar un golpe definitivo en la mesa del Grupo H que, de momento, el Sevilla ha presidido sin oposición.
Los hispalenses podrían cerrar su pase a los dieciseisavos de final con una victoria siempre y cuando Friburgo y Estoril empaten entre sí. El tempranero pase permitiría centrarse en la más que preocupante racha liguera, donde hay que empezar a escalar posiciones. Dos caras del Sevilla, la de Europa y la doméstica, y un partido que puede marcar el futuro en el banquillo de Nervión.Fuente goal.com
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El tiempo en el fútbol es un término tan recurrente como escaso. Pocos o ninguno son lo que lo tienen en cuenta, la paciencia brilla por su ausencia y eso bien lo debería saber Unai Emery. El técnico se la juega. La afición ha perdido la paciencia tras los siete tantos encajados en el Bernabéu y la penosa imagen en la derrota frente al Celta. Su discurso cada vez cala menos, sus expectativas siguen sin materializarse y no es capaz de dar con el esquema que haga jugar bien a los suyos.
Por si fuera poco las bajas vuelven a golpear y Gameiro se quedará fuera de la convocatoria por unas molestias musculares. Las rotaciones serían una opción más que recomendable habida cuenta de la amplitud de vestuario y que por ejemplo M’Bia no podrá jugar en Cornellá por sanción. El partido con los vigueses demostró que el 4-2-3-1 con Rakitic de mediapunta es el sistema indicado pero no sería extraño que el ex del Valencia insistiera en su terca convicción de colocar al croata atrás, donde no exhibe su determinación en los últimos metros y donde sufre a la hora de defender.
Los checos vienen con ambición después de demostrar en el partido de ida que son el rival más complicado del grupo y el clima que se respira a orillas del Guadalquivir puede favorecerles para sacar algo más que positivo e incluso arrebatar el liderato a los sevillanos. Con Rabusic como estandarte pero con la complicada baja de su portero titular, quieren dar un golpe definitivo en la mesa del Grupo H que, de momento, el Sevilla ha presidido sin oposición.
Los hispalenses podrían cerrar su pase a los dieciseisavos de final con una victoria siempre y cuando Friburgo y Estoril empaten entre sí. El tempranero pase permitiría centrarse en la más que preocupante racha liguera, donde hay que empezar a escalar posiciones. Dos caras del Sevilla, la de Europa y la doméstica, y un partido que puede marcar el futuro en el banquillo de Nervión.Fuente goal.com
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