A la Copa del Rey siempre se le podrá discutir su formato, pero partidos como el que han protagonizado Espanyol y Alcorcón representan su esencia. Un partido con muchas alternativas y con grandes dosis de tensión y dramatismo que terminó con la clasificación de un Espanyol que evitó la gesta de un gran Alcorcón.
Un Espanyol, con numerosas caras nuevas en relación al partido de Liga frente al Real Madrid, compareció con decisión y enseguida buscó arrinconar a su rival. El Alcorcón, lejos de amilanarse, no le guardó ningún respeto al cuadro catalán y a los pocos minutos del inicio del encuentro pudo dar fe de la fragilidad defensiva del Espanyol. Óscar Plano recogió un balón en la media luna, se apoyó en Prendes para desarmar todo el entramado defensivo blanquiazul y embocó ajustando al palo derecho de la portería de Casilla.
El equipo dirigido por Javier Aguirre reaccionó con presteza y una buena jugada colectiva fue culminada en boca de gol por Simao para nivelar el marcador. El partido enloqueció. El equipo de casa empujado por una grada con muchos claros pero muy jaleadora se fue a buscar el segundo a base de insistencia y algo carente de orden. El equipo visitante, con un alto grado de audacia, se seguía estirando en ataque. En uno de sus despliegues ofensivos, Pacheco tuvo el segundo pero Casilla desvió tras una estirada felina. Antes, el Espanyol había puesto el segundo. Un activo Simao fue derribado en el área por Iribas y Sergio García se encargó de transformarlo.
Tras la reanudación, el plan diseñado por ambos equipos se ajustó más a las necesidades de cada uno. El Espanyol percutió sin suerte y el Alcorcón se atrincheró, fiando cualquier resquicio de esperanza al rigor defensivo que le erigen en el segundo equipo menos goleado en su categoría. Simao y Stuani probaron fortuna con sendos disparos sin éxito. Poco después fue Córdoba quien cabeceó alto a bocajarro un centro de Sergio García.
La sucesión de ocasiones fallidas fueron dando paso a la precipitación y a la falta de claridad en el último tercio. El Alcorcón se encontraba cómodo en esta tesitura y empezó a asomar en ataque. Todas sus aproximaciones al marco rival fueron inocuas pero contribuyeron a aumentar los nervios y la angustia de jugadores y aficionados blanquiazules.
Esta situación trajo consigo un golpe con visos de ser letal para el Espanyol. Prendes le filtró un balón a Javito que no perdonó ante el meta local. Si bien el cuadro de Javier Aguirre no desistió y en cinco minutos hizo los dos goles necesarios para evitar su eliminación. Primero fue Victor Álvarez quien irrumpió en el área y forzosamente remató ajustado al palo. Un minuto después fue Pizzi quien colocó en la escuadra de Dani Giménbez el segundo. Fuente goal.com
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