Limoges CSP
El CSP Limoges estaba rozando el título de campeón de Francia, y no iba a dejar pasar la oportunidad de retornar a la élite y de saborear el triunfo, después de 14 aciagos años en los que uno de los clubes más laureados de Francia (acaba de hacerse con su décimo título de liga) y el único que puede presumir de tener un título de campeón de la máxima competición continental, el logrado en 1993 (además de una Recopa de Europa en 1993, y tres copas Korac en 1982, 1983 y 2000) había vivido una pesadilla y un descenso a los infiernos que incluyó escándalos financieros, descensos de categoría (incluso llegaron a militar en NM1, la tercera división francesa), y una refundación liderada por Frédéric Forte, el antiguo base del equipo que es el principal responsable de que hoy Limoges haya ganado su décima liga y haya vuelto a la senda del triunfo, justo diez años después de que se pusiera al frente del CSP Limoges.
En el partido disputado esta noche en Beaublanc, la igualdad ha estado presente durante todo el choque. Con 69-65, tras triple de Taurean Green, a 3:20 para el final, Limoges parecía acercarse al título. Pero la presión por verse triunfadores atenazó a los jugadores de Jean- Marc Dupraz y la SIG lograba un parcial de 0-5 que los ponía por delante (69-70) tras canasta de David Andersen (13 puntos, 10 rebotes) a 33 segundos del final del partido. El propio Andersen cometía una falta absurda que regalaba dos tiros libres a Green y adelantaba a Limoges (71-70). Jérémy Leloup intentó un triple demasiado forzado y quizás poco oportuno, ya que aún restaban 10 segundos para acabar el partido (y en el caso de haber entrado, le hubiese dado tiempo más que suficiente al rival para tener un ataque cómodo). Adrien Moerman se hizo con el rebote, y convirtió los dos tiros libres ya que inmediatamente fue objeto de falta (73-70). La SIG tenía 6 segundos, y nuevamente gestionó muy mal su opción, ya que Antoine Diot lanzó un tiro casi desde medio campo, cuando restaban tres segundos y podía haber buscado a un compañero o haberse acercado más a la línea de triples.
Con el final del partido, la fiesta se desató en Beaublanc. Y no sólo por parte de las 6.000 personas que había en su interior, ya que el ayuntamiento y el club habían instalado unas pantallas gigantes en el exterior del pabellón para seguir el partido, y allí se dieron cita más de 5.000 aficionados.
Y no podemos dejar de acordarnos del gran perdedor de esta serie. Más allá de los seguidores de Estrasburgo, quien mayor decepción debe haber acumulado es un hombre admirado y valorado en Francia por lo conseguido con la selección francesa, a la que llevó el pasado verano a conseguir el mayor éxito del baloncesto galo a nivel de selecciones: su primer título continental.
Pues bien, ese mismo entrenador, Vincent Collet, ha vuelto a fracasar por segundo año consecutivo en la final de la ProA. Al igual que la pasada temporada, cuando cayó de manera inesperada frente a la JSF Nanterre, en la final de este año la SIG volvía a tener el cartel de favorito, entre otras cosas, por haber acabado en primera posición de la temporada regular y contar con el factor pista a favor. Un factor pista que no ha servido para nada tras las dos victorias del CSP Limoges en el Rhénus Sport de Estrasburgo. Collet, que ya ganase la liga en la temporada 2006 con Le Mans y en 2009 con ASVEL, no ha logrado aún ningún título con Strasbourg.
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