Más de 900 partidos a lo largo de 25 años en el Milan convierten al ex futbolista en un mito para una afición que ahora le puede repudiar
Primero fue Leonardo y ahora apunta a Maldini. La sed de venganza de Moratti se ha desatado en este agitado final de 2010, en el que el propietario del Inter ha conseguido atraer hacia los colores ‘nerazzurri’ a una de las mayores figuras de finales de los noventa del Milan y ahora intenta hacerlo con el mayor mito viviente del eterno rival. Dos golpes que se enmarcan en una campaña destinada a dar respuesta al fichaje veraniego de Ibrahimovic, el último bombazo protagonizado por un Berlusconi que ya había hurgado suficientemente en la herida de Moratti al fichar a Vieri y Ronaldo e intentar convencer a Balotelli para que hiciera realidad su sueño de jugar con el Milan.
Pero si Berlusconi ha tardado casi diez años en fichar a tres jugadores con pasado interista, Moratti quiere vengarse en apenas diez días. Leonardo (13 años en el Milan como jugador, dirigente y entrenador) ya está en el saco y ahora hará todo lo que esté en sus manos para llevarse a su terreno a todo un símbolo del Milan. ¿Para qué? Ni él lo sabe, probablemente le ofrecería un cargo en la directiva, dado la sintonía y respeto que el dueño del Inter y Maldini se profesan, a raíz de un encuentro que ambos mantuvieron hace algún tiempo en Nueva York.
Si el fichaje de Leonardo como sustituto de Benítez ya sorprendió por el pasado del que será el entrenador del Inter, los contactos con Maldini anunciados ayer por ‘La Gazzetta dello Sport’ superan cualquier dimensión. No en vano, hablar de él es hablar del Milan. Ex capitán ‘rossonero’, Maldini ostenta el récord de partidos jugados con el club de Berlusconi, 902, a lo largo de los cuales se convirtió en el jugador más laureado de la historia del Milan con siete scudetti y cinco Champions como estandartes de los 26 títulos logrados durante 25 años de fidelidad a unos colores que ahora puede traicionar.
Porque no cabe duda de que si se confirman las intenciones de Moratti, Maldini puede protagonizar una de las mayores traiciones del deporte de elite mundial. Su pase al eterno rival ciudadano, después de toda una vida en ‘rossonero’, le podría conllevar algún problema personal, porque no es lo mismo cambiar de ciudad, como Figo, que convivir a diario con los ‘tifosi’ del eterno rival.