El Borussia Dortmund se ha proclamado campeón de la Bundesliga a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato alemán. Se le puso pronto de cara la tarde al conjunto amarillo, que derrotó por 2-0 al Nüremberg. Un gol de Lucas Barrios en el minuto 31 metía presión a su perseguidor, el Bayer Leverkusen, que jugaba a la misma hora en Colonia y no podía dejarse ningún punto si quería seguir una semana más en la lucha por el título.
Se dejó los tres. La mala suerte se cebó con los pupilos de Jupp Heynkes, que desperdiciaron un sinfín de ocasiones para ponerse por delante en la segunda mitad y vieron cómo el Colonia les hacía dos tantos con apenas tres disparos a puerta. El primer gol encajado por los de Leverkusen provocó el éxtasis en el Signal Iduna Park. La euforia pasó de las gradas al terreno de juego tras el pitido final. Estalló la fiesta. Una marea amarilla en las gradas, réplicas de la famosa ensaladera que distingue al campeón alemán repartidas entre los jugadores y litros de cerveza regando a los futbolistas y el césped del estadio de Dortmund.
Fue la clásica tarde de transistores en Alemania. O de móviles, o de ordenadores, o de lo que fuera que usasen los germanos para estar informados de lo que ocurría. El caso es que en Dortmund se celebraron los dos goles del Colonia de una forma que tuvo que poner la piel de gallina a más de uno de los que sobre el césped veía pasar los últimos minutos ante el Nüremberg.
La jornada le brindaba la segunda oportunidad del año al Borussia de proclamarse campeón y el conjunto entrenado por Jürgen Klopp salió muy enchufado. Más de 80.000 espectadores abarrotaban el antiguo Westfalenstadion para ver a su equipo levantar un trofeo que se le resistía al equipo de Renania desde 2002.
Tras media hora que los de amarillo utilizaron para hacerse con el ritmo del partido, un mal rechace de Schäfer lo aprovechó el paraguayo Lucas Barrios para marcar a placer el 1-0. El gol llevaba la misma tranquilidad a las gradas de Dortmund como presión a los jugadores del Bayer, que no pasaba del empate a cero en Colonia.
Al filo del descanso, Lewandowski buscó el fallo de Pínola para hacerse con un balón largo. El defensa saltó y reclamó una falta del atacante polaco, que le metió ligeramente el cuerpo y se plantó solo ante el portero rival. El balón botaba manso en la frontal del área. Toda una invitación a marcar de vaselina para el '7' del Borussia, que puso de esta forma el 2-0 y empezó a hacer que en la grada aflorasen multitud de réplicas de la famosa ensaladera que distingue al campeón alemán.
Ansiedad. Frustración. Agonía...
Si en Dortmund el intermedio fue el inicio de una fiesta, en el vestuario del Rhein Energie de Colonia, los jugadores del Bayer se conjuraban para marcar al menos un tanto, un gol que mantuviese viva la Bundesliga otra semana. Parecía imposible de lograr. La segunda mitad fue un continuo acoso y derribo de los de Leverkusen. Roberto Augusto dio un recital de fútbol. Puso el gol varias veces en los pies de Kiebling, pero el delantero no anduvo fino. Ballack también lo intentó de todas las maneras, pero no era el día. El internacional alemán se jugó el físico por cabecear un balón que ya todo el mundo veía en las redes. Rensing, inmenso, hizo una parada que casi vale una salvación para los suyos y que fue una auténtica puntilla para los de Heynkes.
El Bayer fue presa de la desesperación y Novakovic se erigió minutos después como el verdugo definitivo de las esperanzas del conjunto rojinegro. Suyos fueron los dos goles del Colonia, que apenas se había acercado a la portería defendida por Adler.
Éxtasis
Las dianas del esloveno hicieron estallar el Signal Iduna Park. Los minutos que restaban para la conclusión fueron un auténtico trámite. Los jugadores del Borussia, que se convertiría en el campeón alemán más joven de la historia -con una media de 23 años en la plantilla-, sólo ansiaban comenzar a disfrutar de la fiesta amarilla que ya se vivía en las gradas.
Tras el pitido final, no hubo entrega del trofeo. La ensaladera original fue lo único que faltó en Dortmund. Cualquier manifestación de euforia valía. Bailes, cánticos, manteos al técnico, cerveza... Una cantidad ingente de cerveza. Todo para celebrar que un equipo que se hizo histórico en los 90 volvía a la élite del fútbol alemán y continental.
Enhorabuéna al Borussia Dortmund: un grán equipo y encima con muchos jugadores jóvenes; la media de edad ronda los 23-24 años. Espero que se queden todos y vayan a más la temporada que viene. Podría ser el equipo revelación de la Champions pero ya sabeis ya estan otros equipos a la Caza de los jovenes Talentos del Borussia suele pasar hacen una buena Temporada y les quitan a los Mejores Jugadores y por último en los ultimos 7 Años en la Bundesliga,5 Diferentes Equipos la han Ganado.
Se dejó los tres. La mala suerte se cebó con los pupilos de Jupp Heynkes, que desperdiciaron un sinfín de ocasiones para ponerse por delante en la segunda mitad y vieron cómo el Colonia les hacía dos tantos con apenas tres disparos a puerta. El primer gol encajado por los de Leverkusen provocó el éxtasis en el Signal Iduna Park. La euforia pasó de las gradas al terreno de juego tras el pitido final. Estalló la fiesta. Una marea amarilla en las gradas, réplicas de la famosa ensaladera que distingue al campeón alemán repartidas entre los jugadores y litros de cerveza regando a los futbolistas y el césped del estadio de Dortmund.
Fue la clásica tarde de transistores en Alemania. O de móviles, o de ordenadores, o de lo que fuera que usasen los germanos para estar informados de lo que ocurría. El caso es que en Dortmund se celebraron los dos goles del Colonia de una forma que tuvo que poner la piel de gallina a más de uno de los que sobre el césped veía pasar los últimos minutos ante el Nüremberg.
La jornada le brindaba la segunda oportunidad del año al Borussia de proclamarse campeón y el conjunto entrenado por Jürgen Klopp salió muy enchufado. Más de 80.000 espectadores abarrotaban el antiguo Westfalenstadion para ver a su equipo levantar un trofeo que se le resistía al equipo de Renania desde 2002.
Tras media hora que los de amarillo utilizaron para hacerse con el ritmo del partido, un mal rechace de Schäfer lo aprovechó el paraguayo Lucas Barrios para marcar a placer el 1-0. El gol llevaba la misma tranquilidad a las gradas de Dortmund como presión a los jugadores del Bayer, que no pasaba del empate a cero en Colonia.
Al filo del descanso, Lewandowski buscó el fallo de Pínola para hacerse con un balón largo. El defensa saltó y reclamó una falta del atacante polaco, que le metió ligeramente el cuerpo y se plantó solo ante el portero rival. El balón botaba manso en la frontal del área. Toda una invitación a marcar de vaselina para el '7' del Borussia, que puso de esta forma el 2-0 y empezó a hacer que en la grada aflorasen multitud de réplicas de la famosa ensaladera que distingue al campeón alemán.
Ansiedad. Frustración. Agonía...
Si en Dortmund el intermedio fue el inicio de una fiesta, en el vestuario del Rhein Energie de Colonia, los jugadores del Bayer se conjuraban para marcar al menos un tanto, un gol que mantuviese viva la Bundesliga otra semana. Parecía imposible de lograr. La segunda mitad fue un continuo acoso y derribo de los de Leverkusen. Roberto Augusto dio un recital de fútbol. Puso el gol varias veces en los pies de Kiebling, pero el delantero no anduvo fino. Ballack también lo intentó de todas las maneras, pero no era el día. El internacional alemán se jugó el físico por cabecear un balón que ya todo el mundo veía en las redes. Rensing, inmenso, hizo una parada que casi vale una salvación para los suyos y que fue una auténtica puntilla para los de Heynkes.
El Bayer fue presa de la desesperación y Novakovic se erigió minutos después como el verdugo definitivo de las esperanzas del conjunto rojinegro. Suyos fueron los dos goles del Colonia, que apenas se había acercado a la portería defendida por Adler.
Éxtasis
Las dianas del esloveno hicieron estallar el Signal Iduna Park. Los minutos que restaban para la conclusión fueron un auténtico trámite. Los jugadores del Borussia, que se convertiría en el campeón alemán más joven de la historia -con una media de 23 años en la plantilla-, sólo ansiaban comenzar a disfrutar de la fiesta amarilla que ya se vivía en las gradas.
Tras el pitido final, no hubo entrega del trofeo. La ensaladera original fue lo único que faltó en Dortmund. Cualquier manifestación de euforia valía. Bailes, cánticos, manteos al técnico, cerveza... Una cantidad ingente de cerveza. Todo para celebrar que un equipo que se hizo histórico en los 90 volvía a la élite del fútbol alemán y continental.
Enhorabuéna al Borussia Dortmund: un grán equipo y encima con muchos jugadores jóvenes; la media de edad ronda los 23-24 años. Espero que se queden todos y vayan a más la temporada que viene. Podría ser el equipo revelación de la Champions pero ya sabeis ya estan otros equipos a la Caza de los jovenes Talentos del Borussia suele pasar hacen una buena Temporada y les quitan a los Mejores Jugadores y por último en los ultimos 7 Años en la Bundesliga,5 Diferentes Equipos la han Ganado.