El Athletic Club consiguió igualar tras el descanso un partido que se puso muy cuesta arriba cuando el Salzburgo se adelantaba en San Mamés por 0-2 al término de la primera mitad. Y lo hizo con dos goles de penalti transformados de manera brillante por Fernando Llorente. el primero más que dudoso se cometía sobre Ander Herrera y el segundo por unas manos clamorosas a la salida de un córner.
El
equipo vizcaíno dominó durante todo el encuentro el balón, sobándolo en
determinados momentos en exceso por culpa de la buena presión del
conjunto austriaco y la falta de ideas en la creación de los Leones. En ese sentido, no ha estado bien hoy Javi Martínez, superado en todo momento por el buen trabajo de los medios rivales.
Y
es que tampoco llegaban las ocasiones como deberían llegar con
semejante posesión, superior al 60% durante todo el encuentro, y fueron
los visitantes los que con dos contragolpes muy rápidos por sendas pérdidas en la elaboración crearon las dos oportunidades necesarias para alojar el balón en las mallas de un Iraizoz que estaba más en el campo de espectador que de protagonista.
Ambos goles vinieron por dos combinaciones muy veloces que descolocaron a la pareja de centrales formada por Ekiza y Amorebieta y porque el equipo local no supo frenar en falta las dos acometidas. Por el contrario, fue Llorente
quien desperdició dos ocasiones claras, una con la cabeza que se fue
alto y otra con la pierna izquierda que fue directa al portero con todo a
favor.
Tras la reanudación del partido y con la entrada de Gabilondo el equipo de Marcelo Bielsa ganó en amplitud pero las ocasiones claras seguían brillando por su ausencia si bien el Salzburgo no salía de su campo ni para contraatacar.
La entrada de Ander Herrera a
falta de 25 minutos dio cierto dinamismo al conjunto vasco que con más
empuje y corazón que juego acortaba distancias merced a un penalti
cometido sobre el propio exzaragocista quien más bien se dejó caer
cuando el defensor contrario entraba a destiempo al balón.
Y
los rojiblancos se lo creyeron pues siguieron erre que erre con ímpetu,
encerrando al contrario al borde del área. Y de nuevo el nueve del Athletic marcaba,
hacía el empate, anotando un segundo penalti por una tan mano clamorosa
como tonta a la salida de un córner. El equipo de Moniz se quedaba con diez tras ver la segunda cartulina el autor de la pena máxima.
Por
delante aún quedaban 15 minutos para conseguir a la heroica una
remontada que hacía virtual la clasificación del equipo bilbaíno para la
siguiente ronda de dieciseisavos de final de la Europa League.
No pudo ser y ambos contendientes se repartieron un punto que hacía
méritos a los hechos acontecidos sobre el verde durante los noventa
minutos.
Invitar al arbitro a las fiestas de Bilbao se lo merece, y me alegro por la remontada.
El
equipo vizcaíno dominó durante todo el encuentro el balón, sobándolo en
determinados momentos en exceso por culpa de la buena presión del
conjunto austriaco y la falta de ideas en la creación de los Leones. En ese sentido, no ha estado bien hoy Javi Martínez, superado en todo momento por el buen trabajo de los medios rivales.
Y
es que tampoco llegaban las ocasiones como deberían llegar con
semejante posesión, superior al 60% durante todo el encuentro, y fueron
los visitantes los que con dos contragolpes muy rápidos por sendas pérdidas en la elaboración crearon las dos oportunidades necesarias para alojar el balón en las mallas de un Iraizoz que estaba más en el campo de espectador que de protagonista.
Ambos goles vinieron por dos combinaciones muy veloces que descolocaron a la pareja de centrales formada por Ekiza y Amorebieta y porque el equipo local no supo frenar en falta las dos acometidas. Por el contrario, fue Llorente
quien desperdició dos ocasiones claras, una con la cabeza que se fue
alto y otra con la pierna izquierda que fue directa al portero con todo a
favor.
Tras la reanudación del partido y con la entrada de Gabilondo el equipo de Marcelo Bielsa ganó en amplitud pero las ocasiones claras seguían brillando por su ausencia si bien el Salzburgo no salía de su campo ni para contraatacar.
La entrada de Ander Herrera a
falta de 25 minutos dio cierto dinamismo al conjunto vasco que con más
empuje y corazón que juego acortaba distancias merced a un penalti
cometido sobre el propio exzaragocista quien más bien se dejó caer
cuando el defensor contrario entraba a destiempo al balón.
Y
los rojiblancos se lo creyeron pues siguieron erre que erre con ímpetu,
encerrando al contrario al borde del área. Y de nuevo el nueve del Athletic marcaba,
hacía el empate, anotando un segundo penalti por una tan mano clamorosa
como tonta a la salida de un córner. El equipo de Moniz se quedaba con diez tras ver la segunda cartulina el autor de la pena máxima.
Por
delante aún quedaban 15 minutos para conseguir a la heroica una
remontada que hacía virtual la clasificación del equipo bilbaíno para la
siguiente ronda de dieciseisavos de final de la Europa League.
No pudo ser y ambos contendientes se repartieron un punto que hacía
méritos a los hechos acontecidos sobre el verde durante los noventa
minutos.
Invitar al arbitro a las fiestas de Bilbao se lo merece, y me alegro por la remontada.