¿Cómo está de la lesión, cuánto le queda?
Bien, por suerte me queda poco. Al menos, esto me ha servido para descansar, lo cual no está mal, pues llevo un año y medio sin vacaciones.
Parece que todavía no ha rendido lo que se esperaba.
Es verdad, pero recién llegué. Es pronto. Se dieron muchas cosas a la vez: no tuve una buena pretemporada por la Copa América, vine con molestias, sin vacaciones, a un equipo nuevo, y no estaba al cien por cien. Esta lesión me va a servir para partir desde cero.
¿Cuál es la mayor diferencia entre Inter y Atlético?
El Inter es un equipo muy grande, con mucha repercusión internacional. Quizás en eso sí hay diferencia, siendo el Atleti también un grande, pero sí hay una ligera diferencia. La gente me trata bien igual. En Italia los hinchas, incluso los de otros equipos, me saludan y felicitan.
¿Por? ¿Aquí le trataba mal la gente del Madrid?
No, para nada. Los madridistas también eran bárbaros conmigo. La hinchada, al final, es muy educada y agradable en Milán, Madrid o Villarreal.
¿Qué se traería del Atlético al Inter?
A algunos compañeros, más por el lado humano: Godín, Juanfran u otros que se fueron. Pero la cosa es como es.
¿Y del Inter al Atleti?
Hay una cosa del Inter que me alucina. Siendo un club tan grande, me parece muy familiar, desde la cúpula, el presidente, hasta los empleados. La cercanía es espectacular. La gente que rodea a los jugadores es genial, algo que también tuve en Madrid, por cierto. El Inter es un poco similar en eso a lo que viví en el Manchester United.
Vayamos con el Atleti. ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza de esa experiencia?
La gente del club... Ricardo, el de seguridad, los que nos cuidaban, Alberto, Gorka, Esteban, Jesús, Pitillas, el doctor Villalón, el delegado, Pedro Pablo, los utilleros, Ciri y Cristian, Dani... toda esa gente que trabaja allí, el chófer del bus... Gente anónima que hace funcionar el club.
¿Sigue sus resultados?
¡Claro! Quiero que gane siempre. No me gusta que pase lo que le está pasando ahora. Aparte, por amigos como Godín, con quien estoy más en contacto. Y sí, veo todos los partidos que puedo.
Usted se fue, se fueron el Kun y De Gea, pero el Atlético sigue igual, una continua montana rusa.
Sí, es una lástima. Viéndolo ahora desde fuera, uno toma consciencia de que lo que hicimos nosotros tuvo mucho valor. Tres finales, dos títulos, estar en Champions dos años... Uno toma consciencia de todo el tiempo que llevaba el club sin ganar algo. Es una lástima que se haya desmantelado ese plantel en tan poco tiempo, pues apenas hace dos años de aquello.
Visto en la distancia, esos títulos parecen un milagro.
Teníamos un buen equipo por más que sufríeramos momentos duros, como ahora le pasa al actual plantel. Tienen que tener paciencia. Esto recién empieza.
¿Ve lógica la presión que tiene ya Manzano sobre sí?
No, es una pena. Pero es que en el fútbol en general hay mucha impaciencia. Conocí a Manzano y es un buen trabajador, buen tipo y con preparación. Cuando me fui, le dije que era una lástima que no fuéramos a coincidir más tiempo.
¿Cómo se cambia esa histeria que vive el Atlético hace años y que no la sofoca ni los títulos ganados?
No tengo ni idea. Habría que sentar a todos: hinchas, jugadores, Prensa, y hacer un fórum para sacar conclusiones. ¡Yo qué sé! Es muy complejo, porque abarca varias generaciones. Mire, le voy a contar una cosa que nunca conté. Me acuerdo de un partido de Liga justo después de ganar los dos títulos: la Europa League y la Supercopa ante el Inter. Estábamos en el banquillo con Antonio López, Fran Escriba, segundo de Quique, y otros, y de pronto escuchamos al Frente Atlético y parte de la grada cantar la canción ésa de: "Volveremos a ser campeones, como en el 96". ¡Y acabábamos de ser supercampeones de Europa! Yo me volví hacia el banquillo y les dije: "Muchachos, ¿nosotros no acabamos de ganar un título, como es que éstos cantan lo del 96?". Eso te da una idea de cómo está todo. ¡¡¡Ya no se acordaban de nuestros dos títulos en apenas dos meses!!!! ¿No valía nada aquello o qué? La verdad es que me sentó muy mal, y, como profesional, me molestó.
¿Y en qué se equivocó usted en su etapa allí?
Seguramente, en no ser más hipócrita. Eso me dicen. Yo fui sincero y no quise engañar a la gente [se refiere Diego a cuando declaró que no besaría el escudo del Atlético]. Yo, obviamente, le tengo mucho cariño al club, al que quiero por el roce que tuve en esos cuatro años. Espero que la gente ya lo haya entendido. Pero en aquel momento dije algo antipopular y se interpretó mal.
¿Qué nota se pone de su paso por el club?
(Piensa). Una nota alta. Yo me pondría un 9. Fuimos campeones dos veces, una final de Copa, logramos los objetivos del club, un Pichichi, una Bota de Oro. Me daría un 9.
¿Se acuerda de Quique?
No.
Dejemos el Atleti. ¿Cuántos años le quedan en el fútbol?
Tengo dos años en Milán y opción a un tercero, y no pienso más allá. Estoy ya en una época de mi carrera en la que disfruto mucho de cada partido, pues se acerca el final. Me vino muy bien el cambio por más que en Madrid tenía mi casa, mis amigos, un buen ambiente, un buen club, pero necesitaba un cambio.
¿Volvería a la Liga?
No lo sé. Hay otros lugares que me entusiasman, como Brasil, donde jugó mi padre [en el Sao Paulo], o Estados Unidos. Me gustaría probar por allí. Pero la primera idea es estar muchos años en este fantástico club.
Usted vive de su físico. Cuando ya no lo tenga tan fresco, ¿acabará jugando de enganche en el mediocampo?
Un poco ya juego así en la Selección uruguaya, con Cavani y Suárez arriba. Me siento cómodo, pero todavía me gustaría ser delantero. Déjeme un poco más.
Usted que es delantero, ¿es un tópico decir que en Italia cuesta más hacer goles?
Las estadísticas están ahí. Aquí hay grandes delanteros y se anotan menos goles que en la Liga española. Eso es un dato. Los partidos son más cerrados, hay menos espacios, tácticamente cuesta más, y sobre todo ante nosotros: en casa se te cierran mucho. El otro día miraba en casa el Nápoles-Parma y los del Parma estaban todos atrás, bien paraditos y jugando al contragolpe. El Nápoles tenía la pelota, pero no había espacios.
O sea, que Messi y Cristiano no harían tantos goles en Italia.
No me meto en ese debate. Aprovecho esta última pregunta para mandarle un saludo a todos los atléticos y a la gente del Villarreal. Un abrazo desde Milán.
aver si se recupera y vuelve a jugar pronto, lo de se acuerda de quique sobra, que malo es el morbo
Bien, por suerte me queda poco. Al menos, esto me ha servido para descansar, lo cual no está mal, pues llevo un año y medio sin vacaciones.
Parece que todavía no ha rendido lo que se esperaba.
Es verdad, pero recién llegué. Es pronto. Se dieron muchas cosas a la vez: no tuve una buena pretemporada por la Copa América, vine con molestias, sin vacaciones, a un equipo nuevo, y no estaba al cien por cien. Esta lesión me va a servir para partir desde cero.
¿Cuál es la mayor diferencia entre Inter y Atlético?
El Inter es un equipo muy grande, con mucha repercusión internacional. Quizás en eso sí hay diferencia, siendo el Atleti también un grande, pero sí hay una ligera diferencia. La gente me trata bien igual. En Italia los hinchas, incluso los de otros equipos, me saludan y felicitan.
¿Por? ¿Aquí le trataba mal la gente del Madrid?
No, para nada. Los madridistas también eran bárbaros conmigo. La hinchada, al final, es muy educada y agradable en Milán, Madrid o Villarreal.
¿Qué se traería del Atlético al Inter?
A algunos compañeros, más por el lado humano: Godín, Juanfran u otros que se fueron. Pero la cosa es como es.
¿Y del Inter al Atleti?
Hay una cosa del Inter que me alucina. Siendo un club tan grande, me parece muy familiar, desde la cúpula, el presidente, hasta los empleados. La cercanía es espectacular. La gente que rodea a los jugadores es genial, algo que también tuve en Madrid, por cierto. El Inter es un poco similar en eso a lo que viví en el Manchester United.
Vayamos con el Atleti. ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza de esa experiencia?
La gente del club... Ricardo, el de seguridad, los que nos cuidaban, Alberto, Gorka, Esteban, Jesús, Pitillas, el doctor Villalón, el delegado, Pedro Pablo, los utilleros, Ciri y Cristian, Dani... toda esa gente que trabaja allí, el chófer del bus... Gente anónima que hace funcionar el club.
¿Sigue sus resultados?
¡Claro! Quiero que gane siempre. No me gusta que pase lo que le está pasando ahora. Aparte, por amigos como Godín, con quien estoy más en contacto. Y sí, veo todos los partidos que puedo.
Usted se fue, se fueron el Kun y De Gea, pero el Atlético sigue igual, una continua montana rusa.
Sí, es una lástima. Viéndolo ahora desde fuera, uno toma consciencia de que lo que hicimos nosotros tuvo mucho valor. Tres finales, dos títulos, estar en Champions dos años... Uno toma consciencia de todo el tiempo que llevaba el club sin ganar algo. Es una lástima que se haya desmantelado ese plantel en tan poco tiempo, pues apenas hace dos años de aquello.
Visto en la distancia, esos títulos parecen un milagro.
Teníamos un buen equipo por más que sufríeramos momentos duros, como ahora le pasa al actual plantel. Tienen que tener paciencia. Esto recién empieza.
¿Ve lógica la presión que tiene ya Manzano sobre sí?
No, es una pena. Pero es que en el fútbol en general hay mucha impaciencia. Conocí a Manzano y es un buen trabajador, buen tipo y con preparación. Cuando me fui, le dije que era una lástima que no fuéramos a coincidir más tiempo.
¿Cómo se cambia esa histeria que vive el Atlético hace años y que no la sofoca ni los títulos ganados?
No tengo ni idea. Habría que sentar a todos: hinchas, jugadores, Prensa, y hacer un fórum para sacar conclusiones. ¡Yo qué sé! Es muy complejo, porque abarca varias generaciones. Mire, le voy a contar una cosa que nunca conté. Me acuerdo de un partido de Liga justo después de ganar los dos títulos: la Europa League y la Supercopa ante el Inter. Estábamos en el banquillo con Antonio López, Fran Escriba, segundo de Quique, y otros, y de pronto escuchamos al Frente Atlético y parte de la grada cantar la canción ésa de: "Volveremos a ser campeones, como en el 96". ¡Y acabábamos de ser supercampeones de Europa! Yo me volví hacia el banquillo y les dije: "Muchachos, ¿nosotros no acabamos de ganar un título, como es que éstos cantan lo del 96?". Eso te da una idea de cómo está todo. ¡¡¡Ya no se acordaban de nuestros dos títulos en apenas dos meses!!!! ¿No valía nada aquello o qué? La verdad es que me sentó muy mal, y, como profesional, me molestó.
¿Y en qué se equivocó usted en su etapa allí?
Seguramente, en no ser más hipócrita. Eso me dicen. Yo fui sincero y no quise engañar a la gente [se refiere Diego a cuando declaró que no besaría el escudo del Atlético]. Yo, obviamente, le tengo mucho cariño al club, al que quiero por el roce que tuve en esos cuatro años. Espero que la gente ya lo haya entendido. Pero en aquel momento dije algo antipopular y se interpretó mal.
¿Qué nota se pone de su paso por el club?
(Piensa). Una nota alta. Yo me pondría un 9. Fuimos campeones dos veces, una final de Copa, logramos los objetivos del club, un Pichichi, una Bota de Oro. Me daría un 9.
¿Se acuerda de Quique?
No.
Dejemos el Atleti. ¿Cuántos años le quedan en el fútbol?
Tengo dos años en Milán y opción a un tercero, y no pienso más allá. Estoy ya en una época de mi carrera en la que disfruto mucho de cada partido, pues se acerca el final. Me vino muy bien el cambio por más que en Madrid tenía mi casa, mis amigos, un buen ambiente, un buen club, pero necesitaba un cambio.
¿Volvería a la Liga?
No lo sé. Hay otros lugares que me entusiasman, como Brasil, donde jugó mi padre [en el Sao Paulo], o Estados Unidos. Me gustaría probar por allí. Pero la primera idea es estar muchos años en este fantástico club.
Usted vive de su físico. Cuando ya no lo tenga tan fresco, ¿acabará jugando de enganche en el mediocampo?
Un poco ya juego así en la Selección uruguaya, con Cavani y Suárez arriba. Me siento cómodo, pero todavía me gustaría ser delantero. Déjeme un poco más.
Usted que es delantero, ¿es un tópico decir que en Italia cuesta más hacer goles?
Las estadísticas están ahí. Aquí hay grandes delanteros y se anotan menos goles que en la Liga española. Eso es un dato. Los partidos son más cerrados, hay menos espacios, tácticamente cuesta más, y sobre todo ante nosotros: en casa se te cierran mucho. El otro día miraba en casa el Nápoles-Parma y los del Parma estaban todos atrás, bien paraditos y jugando al contragolpe. El Nápoles tenía la pelota, pero no había espacios.
O sea, que Messi y Cristiano no harían tantos goles en Italia.
No me meto en ese debate. Aprovecho esta última pregunta para mandarle un saludo a todos los atléticos y a la gente del Villarreal. Un abrazo desde Milán.
aver si se recupera y vuelve a jugar pronto, lo de se acuerda de quique sobra, que malo es el morbo