Hace tres jornadas un estado psíquico y futbolístico peor que el que tenía el Atlético era difícil de encontrar, el equipo se encontraba inmerso en una dinámica negativa que encontraba la esperanza en el cambio de entrenador. Por la garra y esfuerzo que proponía en cada partido cuando jugaba la grada del manzanares pedía eso mismo pero para que lo transmitiese a los jugadores, sabían que podría ser el hombre adecuado.
Tras las tres jornadas con un empate y dos victorias la ilusión ha vuelto a planear en el club. La imagen es distinta, los jugadores son otros y la intensidad es protagonista en cada minuto. El ‘cholo’ ha llegado para dotar de personalidad al equipo, cada balón dividido es importante, cada salto debe ser más alto, cada gol debe ser síntoma de hambre: este es el efecto Simeone. Llegó y su prioridad fue buscar solución al caso Reyes, fácil, el club está por encima de cualquier jugador y se acabó. Llegó y desde el primer partido pedía intensidad en cada jugada, apoyos constantes y sobretodo hacerse fuerte atrás para que luzcan los de adelante. Y ahí es donde hacen entrada los Falcao, Diego, Adrian, Turán que liberados de presión son capaces de brindar el mejor espectáculo a la grada: jugadas y goles.
Simeone dijo que sus pilares iban a ser Diego Y Falcao y no se equivocaba, sabe donde es fuerte su equipo. Tras eso, el colombiano vuelve a marcar (hat-trick incluido) y el brasileño es la magia, la luz. En el mediocampo Tiago vuelve a ser protagonista y la salida del balón mejora, es menos atascada, al lado Gabi se tiene que hacer grande, robar y manejar. Y Juanfran que parecía no tener sitio está teniendo minutos y puede aportar mucho al equipo.
Pero sobretodo reina la paz en defensa. Tras la llegada del entrenador la zaga solo ha concedido 8 remates en 3 partidos y no ha encajado un gol, algo casi inimaginable para una línea de campo que se hacía notar más en otros ámbitos. Ahí estaba la clave del equipo, mejorar en defensa debía ser obligación y su mejoría rentabiliza esfuerzos y provoca ganancias en cada línea del campo.
Comienzo más que notable para el nuevo entrenador que tiene ante sí un reto, competir con los más grandes. Para ello a sus espaldas cuenta con una afición que sabe que puede haber un nuevo comienzo, que la mentalidad es distinta y que se empieza a sentir orgullosa de sus colores.
Por ahora el efecto Simeone es muy positiva
Tras las tres jornadas con un empate y dos victorias la ilusión ha vuelto a planear en el club. La imagen es distinta, los jugadores son otros y la intensidad es protagonista en cada minuto. El ‘cholo’ ha llegado para dotar de personalidad al equipo, cada balón dividido es importante, cada salto debe ser más alto, cada gol debe ser síntoma de hambre: este es el efecto Simeone. Llegó y su prioridad fue buscar solución al caso Reyes, fácil, el club está por encima de cualquier jugador y se acabó. Llegó y desde el primer partido pedía intensidad en cada jugada, apoyos constantes y sobretodo hacerse fuerte atrás para que luzcan los de adelante. Y ahí es donde hacen entrada los Falcao, Diego, Adrian, Turán que liberados de presión son capaces de brindar el mejor espectáculo a la grada: jugadas y goles.
Simeone dijo que sus pilares iban a ser Diego Y Falcao y no se equivocaba, sabe donde es fuerte su equipo. Tras eso, el colombiano vuelve a marcar (hat-trick incluido) y el brasileño es la magia, la luz. En el mediocampo Tiago vuelve a ser protagonista y la salida del balón mejora, es menos atascada, al lado Gabi se tiene que hacer grande, robar y manejar. Y Juanfran que parecía no tener sitio está teniendo minutos y puede aportar mucho al equipo.
Pero sobretodo reina la paz en defensa. Tras la llegada del entrenador la zaga solo ha concedido 8 remates en 3 partidos y no ha encajado un gol, algo casi inimaginable para una línea de campo que se hacía notar más en otros ámbitos. Ahí estaba la clave del equipo, mejorar en defensa debía ser obligación y su mejoría rentabiliza esfuerzos y provoca ganancias en cada línea del campo.
Comienzo más que notable para el nuevo entrenador que tiene ante sí un reto, competir con los más grandes. Para ello a sus espaldas cuenta con una afición que sabe que puede haber un nuevo comienzo, que la mentalidad es distinta y que se empieza a sentir orgullosa de sus colores.
Por ahora el efecto Simeone es muy positiva