La afición aplaudió a su técnico cuando sonó su nombre por megafonía.
Se coreó a Ronaldo y se hicieron reverencias a Benzema.
Ironía con los gritos de ¡Karanka. Karanka!.
Se coreó a Ronaldo y se hicieron reverencias a Benzema.
Ironía con los gritos de ¡Karanka. Karanka!.
El Bernabéu firmó la paz con Mourinho. Tampoco es que estuviera en pie de guerra contra su entrenador, pero después de los pitos de hace una semana y consumada la eliminación contra el Barça se esperaba una respuesta de la grada. El luso fue aplaudido cuando su nombre sonó por megafonía, pero no hubo mucho más, así que se puede decir que técnico y afición han renovado su voto de confianza tras la buena imagen que dejó el equipo en Barcelona.
Tampoco Mourinho dio muchas opciones para que la grada se pronunciara porque tan sólo salió en una ocasión a su zona técnica, en el minuto 12 del primer tiempo, para dar algunas instrucciones tras encajar su equipo el tanto del Zaragoza. El entrenador estuvo siempre sentado en el banquillo, comentando con sus ayudantes algunos aspectos del juego. Ni siquiera acompañó en la banda a los jugadores que salían de refresco. Da la sensación de que el Mou eléctrico de los banquillos lo vamos a ver en las grandes citas.
Los aplausos fueron, por tanto, para los jugadores. Es algo que siempre ha pedido el propio entrenador a la hora de incitar a su hinchada para que arrime más el hombro. El Bernabéu se ha quedado con lo bueno de la Copa. La mayor ovación se la llevó Cristiano, al que se le ve mucho más implicado que antes en tareas defensivas. El público coreó su nombre cuando el luso marcó su gol.
También dio su apoyo a Granero cuando abandonaba el campo al término de los 90 minutos. El Pirata tiene más protagonismo en esta segunda vuelta y el madridismo lo agradece. Algo parecido ocurre con otro canterano, Callejón, que también escuchó a los ultras corear su nombre.
Ídolo Benzema
El último en salir airoso del campo fue Benzema. Hace no mucho era un futbolista indiferente para el Bernabéu. Ayer se retiraba entre el aplauso unánime del estadio. Todo lo contrario que Higuaín, que escuchó algún pito aislado. Sus dos fallos en el Camp Nou le han pasado factura de cara a algunos aficionados, aunque la mayoría, sin embargo, sigue dando crédito al Pipita.
El Fondo Sur fue de nuevo el más ruidoso. Y su hombre no fue esta vez Mou, sino Karanka, fiel escudero del portugués, al que corearon no sin cierto cachondeo. Aunque peor estuvieron con los lamentables cánticos aplaudiendo los desmanes de Pepe. En especial, su pisotón a Messi: "¡Pepe, mátalos! ¡Pepe, mátalos! ¡Pepe, mátalos!".
El estadio también pitó a Iturralde, que no es precisamente muy del agrado del Bernabéu. El colegiado se llevó lo suyo cuando no señaló un posible penalti a Cristiano en la segunda parte. Con el triunfo en el bolsillo, el Bernabéu recuperó a sus héroes, los jugadores.
:comentario:estoy seguro que cuande acabe esta tamporada mou se ira