Era un duelo directo por la permanencia y ambos equipos se tomaron el partido de La Romareda como un todo o nada. El Zaragoza, consciente de su situación crítica, salió
a morder desde el inicio con un ritmo muy alto de presión en los
primeros minutos, mientras el Rayo echaba de menos a un delantero ante
el invento de Sandoval, que colocó a Michu como única referencia
ofensiva por delante de Trashorras.
A pesar de ello, con el paso de los minutos, los vallecanos empezaron a sentirse poco a poco más cómodos sobre el césped, generando
buenas jugadas que sin embargo no se traducían en un peligro claro para
la portería de Roberto. El Zaragoza empezaba a generar dudas, aunque
una jugada aislada provocaría que el partido cambiase radicalmente de
escenario.
Un buen centro de Apoño cuando ya se había cumplido la
media hora motivó que Hélder Postiga, en un gran movimiento
desquitándose de la marca de Tito y Arribas, consiguiera conectar un gran remate a la media vuelta de volea para batir a Joel, que debutaba con el Rayo en partido oficial al igual que Pulido y Diego Costa.
Precisamente la incorporación del futbolista brasileño al terreno de juego en la segunda mitad, sustituyendo a Rayco, motivó que las prestaciones del Rayo mejorasen de forma considerable. Los hombres de Sandoval buscaron más y mejor la portería rival, trenzando jugadas que generaban cada vez más peligro.
No perdía el conjunto visitante la cara al encuentro, pero el Zaragoza también generaba cierto peligro al contragolpe. Los maños se encomendaban a la velocidad de Aranda o la calidad de Lafita para intentar sentenciar el encuentro, pero los de Jiménez dieron muestra de su ansiedad con acciones demasiado precipitadas.
El luminoso mostraba el minuto 75 cuando un centro llovido de Casado fue aprovechado de forma magistral por Diego Costa para ejecutar un testarazo muy colocado que no pudo alcanzar Roberto por milímetros. El brasileño marcaba después de ocho meses lesionado para colocar el empate en La Romareda.
A partir de ese momento, el Rayo jugó con las dudas del Zaragoza y apostó valientemente por la victoria.
Los franjirrojos incrementaron el ritmo y muy pronto los de Sandoval
encontraron una nueva ocasión para conseguir sentenciar el encuentro de
forma definitiva a falta de ocho minutos para el final.
En una
buena jugada de combinación de los madrileños, Casado apareció por la
banda izquierda para ofrecer un pase medido al interior del área para
que Michu, que llegaba de cara, fusilase la potería maña y
colocase el tanto definitivo de la remontada. Era un jarro de agua fría
para la afición local, que veía a su equipo sin casta y sin oportunidad
de responder.
Con este resultado, el Rayo toma aire colocándose con 25 puntos
en la zona templada de la tabla clasificatoria, mientras el Zaragoza se
queda con un pie en Segunda División al perder el enfrentamiento ante
un rival directo en la lucha por la salvación.
Alguien creia que el Zaragoza se salvaria ahora seguro que ya esta claro, y el Rayo respira un poco.