Tras un primer tiempo sin goles, el Levante se adelantó en el marcador
pronto, pero tras el empate del Granada, que llegó en una de sus pocas
ocasiones de gol, el equipo local volvió a marcar y con el 2-1 fue capaz
de redondear el tanteador y de dejar claro que el objetivo no es tan
solo la Liga Europa.
El Granada, pese a que saca cinco puntos a la zona de descenso,
todavía tendrá que dar un último paso adelante para confirmar la
permanencia.
Los primeros minutos estuvieron controlados por el Granada que
se adaptó mejor a un terreno mojado y un poco irregular como
consecuencia de la lluvia caída antes del inicio del encuentro.
Este dominio no estuvo acompañado de aproximaciones de peligro a
la meta de Munúa y tampoco hizo que el Levante, acostumbrado a ceder el
terreno a sus oponentes, se sintiera incómodo.
Lo que sí que le faltaba al equipo local, también en parte como
consecuencia del estado del terreno de juego, era la chispa de otras
tardes para salir a la contra.
Así, el partido carecía de emoción. Tampoco la recuperó cuando
mediado el primer periodo, el balón dejó de ser del Granada y pasó a
poder del Levante, un equipo poco acostumbrado a llevar la iniciativa,
pero que manejó el balón con criterio y se adueñó del juego, aunque sin
excesiva presencia en ataque.
El Granada no se desguarnecía y los levantinistas se veían
obligados a cambiar su fútbol directo por un juego de pases más cortos y
más elaborado, que daba poco resultado.
Pese a ello, en el minuto 40, un gran pase en profundidad de
Bakero, acabó con un remate de Koné al que respondió Julio César con una
parada excepcional en la que fue la mejor ocasión del primer periodo,
que acabó poco después.
Todo lo que había faltado en la primera parte llegó en tan sólo
quince segundos de la continuación. En la primera jugada de la
reanudación, Valdo penetró en el área, centró con precisión y un certero
remate de Koné puso el 1-0 en el marcador.
El gol puso el partido donde le gusta al equipo de Juan Ignacio
Martínez: con espacios para la contra, ya que de inmediato el técnico
del Granada, Abel Resino, retiró al centrocampista Abel Gómez para dar
entrada al atacante Franco Jara.
El Levante dispuso de varias salidas al contragolpe ante un
Granada que recuperó el balón, pero que era incapaz de crear peligro
ante la meta de Munúa, hasta que una penetración de Jara permitió que
Ighalo, que acababa de entrar, empatara el partido en la primera ocasión
visitante de todo el choque.
El Granada, sin miedo
Con el empate en el
marcador, el Granada no se replegó. Mantuvo el balón ante un rival que
acusó el tanto y que había perdido a Barkero, uno de sus hombres más
valiosos, por problemas físicos.
Sin embargo, se repitió la historia del empate, que había
llegado cuando el partido parecía controlado por los locales. El Levante
no había reaccionado, pero en la primera ocasión que tuvo, volvió a
marcar. Fue en un gran remate de Xavi Torres que obligaba al equipo
andaluz a empatar por segunda vez para puntuar en Valencia.
Con ese escenario entró el partido en sus minutos finales. El
Granada jugaba cerca de la meta de Munúa, pero no creaba peligro,
mientras que el Levante fue capaz de aprovechar sus contragolpes. Un
centro de Botelho acabó con el balón en la cabeza de Valdo, que hizo el
3-1, con el que se cerró el partido.
El Levante confirmó que competir la próxima campaña en Europa es casi
una realidad tras derrotar al Granada en un partido de superioridad del
equipo local, que fue letal cuando jugó a la contra, ante un rival que
cuando tuvo el balón apenas creó peligro.
pronto, pero tras el empate del Granada, que llegó en una de sus pocas
ocasiones de gol, el equipo local volvió a marcar y con el 2-1 fue capaz
de redondear el tanteador y de dejar claro que el objetivo no es tan
solo la Liga Europa.
El Granada, pese a que saca cinco puntos a la zona de descenso,
todavía tendrá que dar un último paso adelante para confirmar la
permanencia.
Los primeros minutos estuvieron controlados por el Granada que
se adaptó mejor a un terreno mojado y un poco irregular como
consecuencia de la lluvia caída antes del inicio del encuentro.
Este dominio no estuvo acompañado de aproximaciones de peligro a
la meta de Munúa y tampoco hizo que el Levante, acostumbrado a ceder el
terreno a sus oponentes, se sintiera incómodo.
Lo que sí que le faltaba al equipo local, también en parte como
consecuencia del estado del terreno de juego, era la chispa de otras
tardes para salir a la contra.
Así, el partido carecía de emoción. Tampoco la recuperó cuando
mediado el primer periodo, el balón dejó de ser del Granada y pasó a
poder del Levante, un equipo poco acostumbrado a llevar la iniciativa,
pero que manejó el balón con criterio y se adueñó del juego, aunque sin
excesiva presencia en ataque.
El Granada no se desguarnecía y los levantinistas se veían
obligados a cambiar su fútbol directo por un juego de pases más cortos y
más elaborado, que daba poco resultado.
Pese a ello, en el minuto 40, un gran pase en profundidad de
Bakero, acabó con un remate de Koné al que respondió Julio César con una
parada excepcional en la que fue la mejor ocasión del primer periodo,
que acabó poco después.
Todo lo que había faltado en la primera parte llegó en tan sólo
quince segundos de la continuación. En la primera jugada de la
reanudación, Valdo penetró en el área, centró con precisión y un certero
remate de Koné puso el 1-0 en el marcador.
El gol puso el partido donde le gusta al equipo de Juan Ignacio
Martínez: con espacios para la contra, ya que de inmediato el técnico
del Granada, Abel Resino, retiró al centrocampista Abel Gómez para dar
entrada al atacante Franco Jara.
El Levante dispuso de varias salidas al contragolpe ante un
Granada que recuperó el balón, pero que era incapaz de crear peligro
ante la meta de Munúa, hasta que una penetración de Jara permitió que
Ighalo, que acababa de entrar, empatara el partido en la primera ocasión
visitante de todo el choque.
El Granada, sin miedo
Con el empate en el
marcador, el Granada no se replegó. Mantuvo el balón ante un rival que
acusó el tanto y que había perdido a Barkero, uno de sus hombres más
valiosos, por problemas físicos.
Sin embargo, se repitió la historia del empate, que había
llegado cuando el partido parecía controlado por los locales. El Levante
no había reaccionado, pero en la primera ocasión que tuvo, volvió a
marcar. Fue en un gran remate de Xavi Torres que obligaba al equipo
andaluz a empatar por segunda vez para puntuar en Valencia.
Con ese escenario entró el partido en sus minutos finales. El
Granada jugaba cerca de la meta de Munúa, pero no creaba peligro,
mientras que el Levante fue capaz de aprovechar sus contragolpes. Un
centro de Botelho acabó con el balón en la cabeza de Valdo, que hizo el
3-1, con el que se cerró el partido.
El Levante confirmó que competir la próxima campaña en Europa es casi
una realidad tras derrotar al Granada en un partido de superioridad del
equipo local, que fue letal cuando jugó a la contra, ante un rival que
cuando tuvo el balón apenas creó peligro.