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Duelo de intereses contrapuestos el vivido en la Nova Creu Alta, el
Sabadell con una ventaja de 8 puntos sobre los puestos que marcan el
descenso a Segunda B y el Celta con aspiraciones de volver a la élite
del fútbol nacional, inmerso en la tercera plaza tras Deportivo y
Valladolid, si bien los celestes tienen una bala en la recámara en forma
de partido suspendido, un encuentro pendiente ante el Cartagena al que
le resta 31 minutos y que se disputará este martes.
Los
vigueses no pisaban el feudo arlequinado desde 1991, en aquella ocasión
se venció y sirvió para ascender a Primera, un estadio talismán para el
cuadro celeste dado que la anterior visita, en la década de los
ochenta, había tenido el mismo desenlace: triunfo para el Celta y
regreso a la máxima categoría.
El palo fue el primer protagonista
cuando repelió a los 3 minutos un remate del coruñés Toni, los de Paco
Herrera avisaban de sus intenciones. El Celta dominaba el choque con la
línea de tres en el medio que permitía mantener la posesión a los
olívicos, pero los hombres de ataque seguían inéditos, a los 22 minutos
dieron señales de vida tanto Iago Aspas como Orellana, pero el chileno
se confió en el disparo y le robaron la cartera.
A la media hora
de juego, tras un saque de esquina, el balón acabó en la banda contraria
donde Iago Aspas puso un balón de gol a Álex López quien no perdió la
oportunidad de perforar la portería defendida por De Navas. La ambición
del Celta encontraba su premio justo en el momento que el moañés Aspas
decidió aparecer en el encuentro.
La segunda diana se perdió en
el 37', la falta de centímetros del menudo jugador Aspas impidió
contactar un esférico servido por su compañero desde la banda izquierda.
Los vigueses seguían su monólogo de control del partido ante un
Sabadell que apenas creó peligro, a excepción de un lanzamiento en el
instante final.
Los celestes, hoy de color rojo, reclamaron dos penaltis que acabaron en el limbo.
La
segunda parte comenzó antes de que las señales horarias marcaran las 7
de la tarde, con prisas, las mismas que llevaba el equipo arlequinado
por olvidar la primera parte y recuperar el tiempo perdido. Fruto de
estas intenciones y tras el segundo córner botado en apenas 5 minutos de
juego, llegaba el empate. Obra del defensa barcelonés Jesús Olmo,
aprovechando una mala salida del meta celtiña.
Las tablas
envalentonaron al Celta que tuvo varias oportunidades marradas en las
botas de Iago Aspas, pero los catalanes continuabancreando problemas a
balón parado, en especial desde el lado derecho donde el sol parecía
molestar al guardameta celtiña, Sergio.
En el ecuador de la
segunda parte, ambos conjuntos mostraban muchas imprecisiones en los
pases, los minutos iban cayendo en contra de los intereses celestes que
habían perdido el orden mostrado en los primeros 45 minutos, mientras
que el Sabadell parecía conformarse con el punto para alejarse del
precipicio del descenso.
Un pase picado de Joan Tomás, en el 72',
hacia el área encontró la pierna de Orellana para volear de primeras,
un hermoso tanto que volvía a adelantar a los celestes, en un encuentro
que se había puesto cuesta arriba para los hombres de Paco Herrera. El
gol animó a los olívicos quienes tuvieron la sentencia después de un
extraordinario control de Aspas, que pinchó el balón, orientó el regate y
cuando se cantaba el tercero apareció un defensor local para desbaratar
la ocasión.
La derrota deja a los arlequinados en una posición
incómoda, con un Girona que escala posiciones y que sitúa el descenso a 7
puntos del Sabadell. Por su lado, el Celta vuelve a recuperar las
opciones de ocupar plaza de ascenso directo, si aprovecha la oportunidad
del partido pendiente y sabiendo que ganar en la Nova Creu Alta es un
buen presagio para los celestes.
Las dos anteriores visitas de los olívicos al feudo arlequinado habían acabado con victoria celtiña y un posterior ascenso.