La segunda convocatoria de la junta de accionistas del Racing de
Santander empezó de la peor manera posible. Un numeroso grupo de
aficionados y pequeños accionistas del equipo cántabro se reunió a las
puertas de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales minutos
antes del comienzo de dicha junta.
A la llegada de los dos representantes de
Aly Syed, maximo accionista del Racing, los aficionados se amontonaron
entorno a ellos y no les permitieron la entrada a la Facultad. Tras unos
minutos de tensión y nerviosismo en los que los representantes
recibieron todo tipo de insultos , empujones y canticos en su contra, el
letrado alemán Horst Webber y el español Francisco Escat, del gabinete
Baker&Mackenzie, no tuvieron más opción que recurrir a la policia
para entrar en la junta.
En un principio, un grupo de seguidores del Racing trató de impedir
su entrada en el edificio formando una barrera humana en las puertas de
acceso al grito de “¡por aquí no pasan!” o “¡el Racing es nuestro!”. La
Policía Nacional tardó unos instantes en desbloquear la puerta principal
de la Facutlad y posteriormente escoltó a Webber y Escat hasta el
interior del salón de actos, a la vez que sorteaban proyectiles y parte
del mobiliario de la Universidad de Cantabria. Las fuerzas y cuerpos de
seguridad formaron un cordón en el interior de la sala, rodeando a los
letrados, que se colocaron en la primera fila del auditorio.
Los representantes de Syed hicieron valer su amplia mayoria
accionarial para rechazar los demás proyectos y mantenerse al frente del
equipo santanderino.
La Policía Nacional debió controlar a un numeroso grupo de
aficionados racinguistas que impedian la entrada de los representantes
del empresario indio