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Ibai Gómez ha pasado de jugar con el Burgos a estar en una final de
Europa League. Es el resumen más llamativo de lo que ha sido este año
para el rojiblanco, que se ha asentado en la plantilla del Athletic de
Bielsa.
Uno de los momentos que destaca de la temporada fue su
asistencia a Llorente en la semifinal ante el Sporting de Portugal. "Me
volví loco, fue espectacular. Fue lo máximo, sabíamos que estábamos en
la final", recuerda Ibai, que siempre se ha mantenido fiel a su estilo.
Siempre ha intentado hacer cosas con el balón en los pies. "Si no
arriesgas nunca harás nada. Si sale bien, bien. Si sale mal, es lo que
hay. Espero poder arriesgar cada día más", subraya. En esa evolución
también ha tenido Bielsa un papel destacado. "Me ha enseñado a
desmarcarme para recibir sin un contrario encima. A moverte siempre".
En
cuanto a la transformación que ha sufrido en su vida, asegura que "para
mí ha sido un cambio radical, de jugar en Burgos con el filial a la
final de Bucarest. Guardaré un recuerdo buenísimo para siempre. Pero no
podemos conformarnos, porque se ha demostrado que podemos".
Ibai
seguirá con su sueño hecho realidad. Se enfrentó de niño con el
Santutxu al equipo de su padre, que sí estaba en el Athletic. El jugador
ha llegado muchos años después y es para quedarse.
De vuelta a su equipo a ver como le va.