Ya sabemos todos/as que el inglés (el británico, en general) no es,
ni mucho menos, el pueblo más efusivo del mundo, pero si había un tema
relacionado con los Juegos Olímpicos que realmente tocaba la moral de
los londinenses era el tráfico, la circulación por la ciudad durante la
celebración del evento deportivo. Cuando aún falta medio mes para que éste empiece, ya han surgido los primeros problemas al respecto.
Y es que, como ya sabemos, los JJOO son un importante reclamo turístico para cualquier ciudad, pero si encima la ciudad ya es de por si de las más visitadas del mundo
(incluso la más visitada, en el 2010 y en el 2011), como ocurre con
Londres, el incremento de visitantes se hace literalmente palpable para
sus ciudadanos.
Los mostradores de facturación de los aeropuertos de Gatwick, Heathrow, y Stansted están empezando a saturarse de usuarios, así como algunos vuelos procedentes de otros países se ven obligados a retrasar su despegue hacia la ciudad británica.
Jubilee, la línea de metro que une el centro de la ciudad con el parque olímpico, sufre parones y tiene problemas periódicamente.
Peter Hendy, jefe de la empresa estatal encargada del transporte,
Transport for London, ya recomendó hace meses a los ciudadanos que,
durante los JJOO, intentaran trabajar desde casa. Sin embargo, muchos de
ellos no tienen faenas telemáticas, y los trabajadores de clase
media-baja viven lejos de la zona céntrica, necesitando utilizar el
metro para llegar a su puesto de trabajo.
Muchos cabbies (nombre con el que son conocidos los taxistas de Londres), por su parte, no quieren trabajar durante las dos semanas de los Juegos, ya que, además de la congestión circulatoria que se prevee (y la menor cantidad de servicios y el mayor enfado de los viajeros que derivarán de esta situación),
una parte de los carriles que usan para avanzar más deprisa será de uso
reservado para atletas, periodistas, funcionarios, y patrocinadores
olímpicos.
Desde que se dio a conocer, el año 2005, que Londres albergaría los JJOO de este 2012, el Estado invirtió 6.000 millones de libras (más de 9.000 millones de euros) en mejorar el sistema de transporte de la ciudad,
construyendo nuevas líneas de metro, mejorando la capacidad de los
vagones, y renovando las señales de tráfico, pero, a día de hoy, parece
que no ha sido suficiente para garantizar la buena fluidez de los
trayectos.
Juegos Olimpicos.com
Pues esto tenian que haberlo previsto