Michel, Sevilla
A nadie se le escapa que la llegada de José Miguel González, Míchel,
fue cuanto menos polémica en las gradas del Sánchez Pizjuán. El
entrenador es madridista de pro y en tierras andaluzas ese status de
merengue confeso no gusta demasiado debido a la rivalidad que, desde
hace una década, tiene el cuadro de Nervión con la entidad de Chamartín.
Es por ello por lo que Míchel contaba con un crédito menor al de
otros entrenadores. Sin embargo, su oratoria en las ruedas de prensa y
las buenas sensaciones calmaron a los sevillistas, que decidieron
ponerse de su lado (la mejor opción para todos) y observar el giro que
daba su equipo de cara a final de temporada.
El final de
temporada fue titubeante, con varios partidos perdidos de forma
drástica, como aquel 5-1 en Getafe, y sobre todo con la derrota en el
Pizjuán ante el eterno rival, en un partido que evidenció los problemas
que estaba acusando el equipo durante toda la temporada. Y quizás eso
fue lo que ha mantenido al técnico al frente del equipo, la mala
planificación de la plantilla a principios de temporada. Muchos fueron
los palos hacia Del Nido y su director deportivo, Monchi, por la falta
de efectivos de garantías en el banquillo, lo que condenó al equipo a
perder su posición UEFA, condición que llevaban ostentando desde hacía
ocho años.
Míchel se hacía cargo de la nueva planificación de la
temporada con la dirección deportiva y la pretemporada comenzaba su
curso. Y es aquí cuando de nuevo se escuchan sonidos de tambores en la
parroquia sevillista. El equipo ha perdido dos partidos teóricamente
fáciles o muy fáciles contra equipos de menor entidad como son el San
Fernando (1-0) y el Córdoba (1-0) han vuelto a saltar las alarmas en
contra del entrenador madrileño.
La realidad de este asunto es
que Míchel aún no ha demostrado de lo que es capaz con este equipo y
comenzar desde el inicio de la temporada en el banquillo le puede dar
esa confianza y sobre todo experiencia con sus jugadores para poder
realizar una buena temporada con el Sevilla. La afición debería darle un
respiro al madrileño, ver sus cualidades y sus defectos y, una vez
iniciada la Liga el 18 de agosto, dictar sentencia según los resultados
que vaya cosechando.
Lo que le falta al Sevilla las dudas con su entrenador para eso pensarlo quando acabo la liga