El nombre de Ivan Ukhov ya forma parte de los libros de historia de los Juegos Olímpicos, aunque también va asociado a otras hazañas fuera del podio. Si en Londres se ha colgado el oro en salto de altura al superar el 2,38 siendo muy aplaudido por ello, cuatro años antes fue abucheado por competir borracho en Lausana.
En aquella competición en tierras suizas su evidente estado de embriaguez provocó la ira y la mofa del público que no daban crédito a que un atleta acabará tendido bocarriba en la colchoneta sin poder si siquiera levantarse. Fue tal el bochornoso espectáculo que dio el saltador ruso que tuvo que devolver a la organización el montante económico que había recibido por su participación en aquel critérium.
Parece que a partir de aquel lamentable incidente, Ukhov se enmendó y consiguió un título mundial y otro europeo en pista cubierta para subir de nuevo a lo más alto del cajón en Londres durante la cita olímpica. No obstante, su concurso estuvo también marcado por un percance con su camiseta.
Antes de enfrentarse al 2,33 para poder seguir compitiendo, pasó varios minutos buscando a pecho descubierto su camiseta, una búsqueda que tuvo que interrumpir para no quedar eliminado. Fue entonces cuando recurrió a su compatriota Silnov que ya eliminado, le prestó la suya. No solo superó dicha barrera si no que también hizo lo propio con el 2,38 para colgarse el oro. "Mi camiseta desapareció misteriosamente, la dejé en mi mochila, pero se evaporó", afirmó el saltador en la rueda de prensa posterior donde aseguró que podría haber superado los 2,40 metros de no haberse desconcentrado por la camiseta".
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