Miguel Ruiz
El Barcelona cerró el telón de la pretemporada el día de hoy al
enfrentarse al Dinamo de Bucarest, con un marcador favorable de 0-2
donde lo más vistoso del encuentro fue el regreso de David Villa.
Un
Barça cómodo en el campo del Estadio Nacional de Bucarest, no supo
aprovechar la inferioridad del equipo rival que en la primera parte
parecía estar desorientado y dio grandes oportunidades a los azulgranas.
En el minuto 4, Lionel Messi abrió el marcador y todo pintaba para una
senda goleada.
Pero los goles dejaron de llegar, 'La Pulga' no dejó de buscar
balones y permaneció insistiendo en la portería de Naumovski quien no
dejó de trabajar durante la primera parte. Pero Messi no estuvo muy fino
y en algunas ocasiones la defensa rumana hizo lo suyo. Alexis Sánchez
dio un gran partido, conectándose con el argentino y convirtiéndose en
un jugador bastante generoso con el 10. El chileno se unía a la defensa y
por supuesto al ataque, lo mismo que Jordi Alba.
El único
fichaje azulgrana sigue demostrando por qué está en el Barcelona y es
que Alba, parece no cansarse, su facilidad para recorrer toda la banda
como una bala y unirse al ataque lo hacen único. El catalán dio grandes
pases, lo que lo hace también un generoso, pero los balones no
encontraron la red en los pies de sus compañeros.
La primera
parte terminó con el marcador en ventaja por la mínima para los
azulgranas y en la segunda parte vinieron los cambios. Los únicos que
permanecieron en la cancha eran Messi y Víctor Valdés, Iniesta se metía
al terreno de juego con la esperanza de ampliar el marcador, pero los
goles no llegaban. El Dinamo de Bucarest dio una segunda parte mucho
mejor, sus llegadas fueron contínuas, aunque su falta de exactitud y en
algunos momentos la experiencia de Valdés, impidieron que se encontraran
con el gol.
Axente y Grigore fueron los más destacables del
equipo de Dario Bonetti, el técnico que como jugador, formaba parte de
la Sampdoria en la final de Wembley 92 ante los azulgranas de Stoichkov,
Koeman y compañía.
Los rumanos lo intentaron por diversas
ocasiones y es de aplaudirse que nunca dejaron de intentarlo. El juego
fue limpio y sólo se vio una tarjeta amarilla durante el encuentro y fue
para los rumanos.
El momento de emoción llegó cuando David
Villa ingresó al campo después de 8 meses de ausencia tras una grave
lesión en la tibia. El Guaje disputó los últimos 20 minutos del
encuentro y tocó el balón e intentó crear peligro como el resto de sus
compañeros pero no vio la red. Pero hoy a David Villa se le podía
perdonar que no anotara, la gran alegría para el barcelonismo fue ver al
aturiano volver a vestir de corto.
Otro de los que volvieron al
campo fue Andreu Fontàs quien después de 7 meses volvió a pisar la
cancha, una grave lesión de rodilla lo mantuvo en la enfermería desde
enero y el defensa, quien no plantea dejar el equipo jugó con poco
brillo pero con el deseo de quedarse en el equipo.
Cuando el
tiempo reglamentario había terminado y el colegiado dejó correr el
reloj, llegó finalmente Ibrahim Afellay para reencontrarse con el gol,
después de mucho, pero mucho tiempo de no saber lo que es anotar. El
holandés busca un hueco en los planes de Tito y se está esforzando por
lograrlo. Una gran asistencia de Javier Mascherano puso en los pies del
holandés un balón que éste supo controlar para chutarlo con gran fuerza y
anotar un golazo y culminar la victoria de los azulgranas.
Parece que no fue un partido muy vistoso, es decir malo,lo mejor el regreso de Villa