LONDRES, 13 Ago. (de la enviada especial de EUROPA PRESS Eva Martínez) -
Los Juegos Olímpicos de Londres
llegaron este domingo a su fin en una ceremonia de celebración del
espíritu de una ciudad que ha querido entregar al mundo lo mejor de su
cultura, con la música como factor fundamental, antes de pasar a Río de
Janeiro el testigo de la organización de las XXXI Olimpiadas de la era
moderna.
El evento, que cerró 16 jornadas de competiciones deportivas,
apeló a la conciencia colectiva de una audiencia planetaria que vivió,
de la mano de los enclaves más emblemáticos del paisaje londinense, una
particular jornada de la vida de la capital, desde primeras horas del
amanecer en la estación energética de Battersea Park, al oeste de la
capital, hasta el puente de la Torre, en la punta Este, pasando por el
Big Ben, la noria del London Eye, o la catedral de Saint Paul.
Todo ello, unido a un viaje musical de la mano de algunos de
los artistas más destacados de los últimos 50 años, entre los que
resaltaron George Michael, Madness, Fatboy Slim, Annie Lennox, Muse o
las Spice Girls, que se reunieron para la ocasión. Con la ayuda de 3.500
voluntarios que se sumaron al espectacular escenario en el que se
convirtió el estadio olímpico, Londres creó una fiesta global bajo el
mantra de la ceremonia, 'Una Sinfonía de la Música Británica".
Aupada por el éxito de la de apertura, 'Esto es para todos',
la de este domingo era una cita para poner en valor los aspectos de los
que los londinenses se encuentran más orgullosos, motivo por el que la
música se convirtió en el eje principal, como una de las exportaciones
culturales más destacadas de su historia reciente.
A través de 30 canciones de cuño británico, pero trascendencia
global, personalidades de la esfera musical se pasaban el relevo de
cada tema, sin dar tregua a un estadio de 80.000 personas que vibraba al
ritmo de piezas convertidas en himnos.
FIESTA.
En consecuencia, si la Apertura había hecho hincapié en las
revoluciones que Reino Unido registró a lo largo de su historia, la
industrial, la social y la promovida por las nuevas tecnologías, este
domingo se trataba de una fiesta a modo de declaración de amor a la
creatividad de un país con hambre de sorprender al mundo a través de las
artes.
De ahí la integración en directo de la banda británica Elbow
en el desfile de parte de los 10.490 deportistas, los grandes
protagonistas de las últimas dos semanas, uno de los momentos estelares,
una vez se cerró el peculiar viaje por una jornada en Londres. En él, y
como en la inauguración, 'La Tempestad' de William Shakespeare jugó un
rol fundamental, esta vez por boca de un Winston Churchill que se
presentó en lo alto del particular Big Ben instalado en el estadio.
La aparición del exprimer ministro dio paso, además de a la
entrada del Príncipe Enrique, quien hoy representaba a la Monarquía
británica, y del presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques
Rogge, a la promoción de las tradicionales fiestas callejeras que se
organizan en las cuatro esquinas de Reino Unido coincidiendo con eventos
de relevancia nacional, amenizados esta noche en Stratford por Madness,
Pet Shop Boys y One Direction.
DESFILE DE LOS HÉROES.
Todo ello, tras de una puesta de sol muy especial que dio paso
a una feria de color y música con Ray Davies entonando el 'Waterloo
sunset', de su mítica banda, The Kinks; antes de que Emile Sandé
reapareciese para emocionar con su segunda interpretación de 'Read all
about it' en una actuación que, con las imágenes de las lágrimas de
estos Juegos, abrió boca para recibir a los héroes, los deportistas, en
un desfile en el que como abanderado español actuó el piragüista Saúl
Craviotto, medalla de plata en K1 200 en Londres y de oro en Pekín en la
modalidad K2.
De esta manera, los atletas pudieron disfrutar de cerca de una
espectacular acción que, con el tema 'Running up that hill', de Kate
Bush, de fondo, llevó a la construcción de una pirámide compuesta por
303 cajas blancas, cada una de ellas en representación de cada evento
olímpico, para recordaron de nuevo algunos de los momentos más
destacados de esta edición de 2012, con la proyección de las victorias,
las lágrimas, las decepciones, las gestas deportivas y las sensaciones
humanas que componen una cita olímpica.
Junto a ella, la reivindicación de la bandera británica, que
entre los Juegos Olímpicos y el Jubileo de Diamante de la Reina está
experimentando una popularidad aprovechada por una ceremonia que
reinventó la Union Jack a través de los tentáculos de un pulpo gigante,
la visión del artista Damien Hirst y una pasarela de moda, con modelos
consagradas como Kate Moss, Naomi Campbell o la brasileña Alessandra
Ambrosio, en un guiño al próximo anfitrión.
CESIÓN DE TESTIGO Y CIERRE.
En este sentido, uno de los elementos comunes en todas las
ceremonias de cierre de Juegos es la cesión del relevo a los próximos
organizadores, una acción que llevó este domingo al próximo anfitrión,
Río de Janeiro, a contar con su propio espacio de música en el estadio
de Stratford, con un episodio artístico bajo el nombre 'Abrazo', al que
siguió uno de los momentos más esperados: el apagado de la llama
olímpica.
Un momento en el que el alcalde de Londres, Boris Johnson,
acompañado por el presidente del COI, Jacques Rogge, hicieron entrega de
la bandera olímpica al brasileño Eduardo Paes, que ejercerá de
anfitrión en 2016.
Una vez consumado el espectáculo, la organización buscó el
último golpe de efecto con el broche de oro de la actuación de 'The
Who', una de las leyendas de la escena británica, a quienes se unió el
resto de los artistas de la noche para los coletazos definitivos de unos
Juegos que se cerraban con nota.
El director ejecutivo de las cuatro ceremonias de estos Juegos
Olímpicos y Paralímpicos, el cineasta Stephen Daldry, no ha precisado
cifras concretas acerca del coste de la clausura de los primeros, si
bien la cifra de la inaugural respetó el objetivo de los 27 millones de
libras, de un presupuesto total de 81 millones de libras, casi los mismo
que Pekín había invertido tan sólo en la apertura de las Olimpiadas de
2012.
Dificil superarlo tanto la abertura como el cierre,la organizacion si es buena o mala eso lo tendran que decir los que fueron.
Ahora mirases el deporte que mirases habia casi lleno en las gradas en eso es un gran exito de la organizacion.
Y hasta aqui llego las olimpiadas de Londres 2012 ahora a esperar a septiembre del año que viene a ver si habra Madrid 2020, aunque se esta barajando retirar la candidatura por temas economicos,es decir la crisis.
Los Juegos Olímpicos de Londres
llegaron este domingo a su fin en una ceremonia de celebración del
espíritu de una ciudad que ha querido entregar al mundo lo mejor de su
cultura, con la música como factor fundamental, antes de pasar a Río de
Janeiro el testigo de la organización de las XXXI Olimpiadas de la era
moderna.
El evento, que cerró 16 jornadas de competiciones deportivas,
apeló a la conciencia colectiva de una audiencia planetaria que vivió,
de la mano de los enclaves más emblemáticos del paisaje londinense, una
particular jornada de la vida de la capital, desde primeras horas del
amanecer en la estación energética de Battersea Park, al oeste de la
capital, hasta el puente de la Torre, en la punta Este, pasando por el
Big Ben, la noria del London Eye, o la catedral de Saint Paul.
Todo ello, unido a un viaje musical de la mano de algunos de
los artistas más destacados de los últimos 50 años, entre los que
resaltaron George Michael, Madness, Fatboy Slim, Annie Lennox, Muse o
las Spice Girls, que se reunieron para la ocasión. Con la ayuda de 3.500
voluntarios que se sumaron al espectacular escenario en el que se
convirtió el estadio olímpico, Londres creó una fiesta global bajo el
mantra de la ceremonia, 'Una Sinfonía de la Música Británica".
Aupada por el éxito de la de apertura, 'Esto es para todos',
la de este domingo era una cita para poner en valor los aspectos de los
que los londinenses se encuentran más orgullosos, motivo por el que la
música se convirtió en el eje principal, como una de las exportaciones
culturales más destacadas de su historia reciente.
A través de 30 canciones de cuño británico, pero trascendencia
global, personalidades de la esfera musical se pasaban el relevo de
cada tema, sin dar tregua a un estadio de 80.000 personas que vibraba al
ritmo de piezas convertidas en himnos.
FIESTA.
En consecuencia, si la Apertura había hecho hincapié en las
revoluciones que Reino Unido registró a lo largo de su historia, la
industrial, la social y la promovida por las nuevas tecnologías, este
domingo se trataba de una fiesta a modo de declaración de amor a la
creatividad de un país con hambre de sorprender al mundo a través de las
artes.
De ahí la integración en directo de la banda británica Elbow
en el desfile de parte de los 10.490 deportistas, los grandes
protagonistas de las últimas dos semanas, uno de los momentos estelares,
una vez se cerró el peculiar viaje por una jornada en Londres. En él, y
como en la inauguración, 'La Tempestad' de William Shakespeare jugó un
rol fundamental, esta vez por boca de un Winston Churchill que se
presentó en lo alto del particular Big Ben instalado en el estadio.
La aparición del exprimer ministro dio paso, además de a la
entrada del Príncipe Enrique, quien hoy representaba a la Monarquía
británica, y del presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques
Rogge, a la promoción de las tradicionales fiestas callejeras que se
organizan en las cuatro esquinas de Reino Unido coincidiendo con eventos
de relevancia nacional, amenizados esta noche en Stratford por Madness,
Pet Shop Boys y One Direction.
DESFILE DE LOS HÉROES.
Todo ello, tras de una puesta de sol muy especial que dio paso
a una feria de color y música con Ray Davies entonando el 'Waterloo
sunset', de su mítica banda, The Kinks; antes de que Emile Sandé
reapareciese para emocionar con su segunda interpretación de 'Read all
about it' en una actuación que, con las imágenes de las lágrimas de
estos Juegos, abrió boca para recibir a los héroes, los deportistas, en
un desfile en el que como abanderado español actuó el piragüista Saúl
Craviotto, medalla de plata en K1 200 en Londres y de oro en Pekín en la
modalidad K2.
De esta manera, los atletas pudieron disfrutar de cerca de una
espectacular acción que, con el tema 'Running up that hill', de Kate
Bush, de fondo, llevó a la construcción de una pirámide compuesta por
303 cajas blancas, cada una de ellas en representación de cada evento
olímpico, para recordaron de nuevo algunos de los momentos más
destacados de esta edición de 2012, con la proyección de las victorias,
las lágrimas, las decepciones, las gestas deportivas y las sensaciones
humanas que componen una cita olímpica.
Junto a ella, la reivindicación de la bandera británica, que
entre los Juegos Olímpicos y el Jubileo de Diamante de la Reina está
experimentando una popularidad aprovechada por una ceremonia que
reinventó la Union Jack a través de los tentáculos de un pulpo gigante,
la visión del artista Damien Hirst y una pasarela de moda, con modelos
consagradas como Kate Moss, Naomi Campbell o la brasileña Alessandra
Ambrosio, en un guiño al próximo anfitrión.
CESIÓN DE TESTIGO Y CIERRE.
En este sentido, uno de los elementos comunes en todas las
ceremonias de cierre de Juegos es la cesión del relevo a los próximos
organizadores, una acción que llevó este domingo al próximo anfitrión,
Río de Janeiro, a contar con su propio espacio de música en el estadio
de Stratford, con un episodio artístico bajo el nombre 'Abrazo', al que
siguió uno de los momentos más esperados: el apagado de la llama
olímpica.
Un momento en el que el alcalde de Londres, Boris Johnson,
acompañado por el presidente del COI, Jacques Rogge, hicieron entrega de
la bandera olímpica al brasileño Eduardo Paes, que ejercerá de
anfitrión en 2016.
Una vez consumado el espectáculo, la organización buscó el
último golpe de efecto con el broche de oro de la actuación de 'The
Who', una de las leyendas de la escena británica, a quienes se unió el
resto de los artistas de la noche para los coletazos definitivos de unos
Juegos que se cerraban con nota.
El director ejecutivo de las cuatro ceremonias de estos Juegos
Olímpicos y Paralímpicos, el cineasta Stephen Daldry, no ha precisado
cifras concretas acerca del coste de la clausura de los primeros, si
bien la cifra de la inaugural respetó el objetivo de los 27 millones de
libras, de un presupuesto total de 81 millones de libras, casi los mismo
que Pekín había invertido tan sólo en la apertura de las Olimpiadas de
2012.
Dificil superarlo tanto la abertura como el cierre,la organizacion si es buena o mala eso lo tendran que decir los que fueron.
Ahora mirases el deporte que mirases habia casi lleno en las gradas en eso es un gran exito de la organizacion.
Y hasta aqui llego las olimpiadas de Londres 2012 ahora a esperar a septiembre del año que viene a ver si habra Madrid 2020, aunque se esta barajando retirar la candidatura por temas economicos,es decir la crisis.