El Sporting sigue sin tomarle el aire a la categoría y sin demostrar
su supuesto favoritismo para luchar por el ascenso y ante el Murcia
levantó pitos de los aficionados en numerosas ocasiones porque se vio
superado por un rival que tocó más y mejor.
Bilic marcó casi a
placer un balón que el portero Javi Jimenez había rechazado tras una
buena volea de Gregory en el lanzamiento de un córner. Pero la alegría
de la afición rojiblanca, que de nuevo sigue respaldando al equipo de
manera notable, duró apenas cinco minutos ya que, en el 11, Niko
Martínez se hizo con el balón se fue de hasta cuatro jugadores del
Sporting y cruzó el balón fuera del alcance de Juan Pablo.
Desde ese momento, el Murcia se hizo dueño del partido aprovechando
su superioridad en el centro del campo. Las cosas parecían ponerse de
cara para los locales con la roja a Óscar Sánchez. Con empate se llegó
al descanso.
Tras el descanso, con apenas tres minutos de juego,
un error en el pase de Trejo dejó el balón a pies de Matilla que
escorado y casi al borde del área lanzó un zapatazo que superó a Juan
Pablo ante la desesperación del jugador argentino que estaba siendo de
los más destacados. Las protestas se transformaron en bronca
generalizada cuando, tres minutos después, Kike García ganó la acción a
Ricardo e Iván Hernández y chutó cruzado fuera del alcance del portero
rojiblanco poniendo el 1-3 en el marcador. El Sporting pasó a dominar
pero sin crear peligro hasta que en una jugada en la que combinaron muy
bien Carmona y Carmelo, el balón llegó a Bilic, que libre de marca batió
a Javi Jiménez.
El Sporting buscó el empate, pero el Murcia comenzó a
perder tiempo ante la desesperación del público y los enfrentamientos
entre los jugadores que motivaron varias tarjetas.
Los asturianos siguen en crisis y perdieron a pesar de jugar contra 10 gran parte del partido