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El Elche se ha adjudicado el derbi alicantino bajo un clima
enrarecido entre la afición herculana y la cúpula directiva, unas aguas
turbulentas donde los ilicitanos han sabido pescar con una buena
actuación en el primer tiempo.
La crisis institucional vivida
este verano en el Hércules había impedido a los alicantinos estrenarse
ante su público de manera oficial, por lo que el derbi ante el Elche iba
a servir de puesta de largo para los blanquiazules en esta campaña
2012-13. Un estreno en el que destacaba el escaso ambiente de la grada
local debido al divorcio existente entre la hinchada y la presidencia,
permitiendo que la afición ilicitana dominara con sus cánticos sobre un
crispado y silenciado José Rico Pérez.
En el plano futbolístico, el respeto habitual dentro de los
encuentros de máxima rivalidad hizo de los primeros minutos una sucesión
de intercambio de intenciones, sin pegada, con ambos contrincantes
marcando la distancia, como dos púgiles que dejaban pasar los minutos
para dar el decisivo golpe.
El Hércules era el que tomaba, en
los primeros 25 minutos, el poder territorial haciendo valer su
condición de equipo local. Una jugada aislada permitía a los
franjiverdes romper la defensa alicantina, formada por tres hombres, por
el centro con una pared que facilitaba a Xumetra adentrarse en el área
rival para definir magistralmente hacia el palo largo ante la salida de
Falcón, 0-1 y primer golpe a cargo de los visitantes.
Antes de
que Mandiá pudiera sacar conclusiones de lo ocurrido, una serie de pases
ilicitanos en la medular aprovechaban los espacios generados por la
adelantada zaga blanquiazul para que Carles Gil recibiera un pase de
Corominas y colocara el segundo en el electrónico. La grada visitante,
denominada del Mundial 82, era una fiesta teñida en color verde y
blanco. Los herculanos se encontraban cerca del K.O. antes de que el
reloj señalara la primera media hora del choque.
En la segunda
mitad, los blanquiazules parecían algo más asentados, con circulaciones
de balón que merodeaban el arco rival pero sin terminar de morder. El
Elche permanecía agazapado para lanzar a un inspirado Xumetra que se las
apañaba para amargar la tarde-noche a la defensa herculana.
A
los 55', Escassi remachaba un centro-chut de Fran Mérida, una de las
esperanzadoras caras nuevas del conjunto alicantino, poniendo emoción y
reenganchándose a un encuentro que se había puesto cuesta arriba para
los locales. El partido ganaba en intensidad con el gol.
Rivas y
Mérida comenzaban a imponer su ley y control sobre el centro del campo,
Mandiá reorganizaba el dibujo táctico haciendo que los medios
blanquiazules bajaran a apoyar la salida de balón, teniendo líneas de
pase aseguradas con un renovado ataque, con más movilidad, capitaneado
por Braulio y Sardinero, incorporados tras el descanso. De esta manera,
el Hércules se mostraba distinto, diferente, más metido en el choque.
Pero
a pesar del buen rendimiento en el segundo tiempo y de las buenas
sensaciones mostradas, el cansancio y la falta de 'punch', a la hora de
rematar las oportunidades imposibilitaban a los blanquiazules poder
nivelar el derbi alicantino, un derbi que finalmente repetía el
resultado de la pasada campaña, una victoria que volvía a sonreír a los
franjiverdes.
De este modo, los ilicitanos repiten el éxito en la
cancha del máximo rival, un Rico Pérez en el que el Elche ha vencido en
4 de sus últimas 6 visitas. Un triunfo ante 2.000 seguidores que han
vibrado con un equipo que virtualmente se coloca como líder de la Liga
Adelante, a costa de un Hércules que sigue sin estrenarse en la
competición con el problema añadido del tenso ambiente que se vive en la
entidad alicantina.
La buena primera mitad franjiverde ha sido suficiente para que el
Elche repitiera el triunfo de la pasada temporada, bajo una crisis
institucional herculana