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Racing y Sporting son el perfecto ejemplo en el fútbol de vecinos
bien avenidos: comparten litoral y geografía, sus aficiones mantienen
una extraordinaria relación y la figura del malogrado Manuel Preciado,
cántabro de nacimiento y antiguo entrenador rojiblanco, ha unido, más si
cabe, los estrechados vínculos entre Santander y Gijón.
El municipio asturiano de Llanes, situado a la misma distancia de
las dos ciudades citadas, es el lugar que ha dado nombre a un supuesto
pacto de no agresión y de ayuda mutua en caso de necesitarlo alguno de
los clubes.
Negado por unos y afirmado por otros, el caso es que
Racing y Sporting tentaron la suerte de precipitarse al pozo de la Liga
Adelante en sendas ocasiones, siendo el enfrentamiento entre ambos una
de las redes que soportara la caída. Como sucedió en la 2009-10, con un
Racing necesitado y un Sporting salvado, invirtiendo los papeles para la
siguiente campaña, alimentando suspicacias y habladurías.
Ahora,
en la tercera jornada de la Liga Adelante, vuelven a verse las caras en
circunstancias similares: son dos de los equipos a batir de la
categoría, por su condición de ex Primeras, y no han iniciado bien la
campaña, con cero puntos y nefastas sensaciones.
El encuentro
tuvo en los prolegómenos el emotivo recuerdo hacia la figura de Manuel
Preciado a través de la presencia de dos gaiteros, uno cántabro y otro
astur, para recordar la carrera del técnico con una representación de
todos los clubes donde el míster había estado dirigiendo, dejando su
huella. El acto concluyó con un homenaje a la familia del entrenador,
fallecido el junio pasado y que hubiera cumplido este viernes 55 años.
Una cerrada ovación selló el adiós del Sardinero a la memoria de Manuel
Preciado.
La parsimonia de los primeros compases fue rota por un
libre directo genialmente lanzado por el croata Mate Bilic buscando que
el bote sorprendiera al meta racinguista, objetivo que estuvo a punto de
conseguir. El Sporting afrontaba el choque de manera más cómoda, con
Lora dirigiendo la maquinaria ofensiva que tenía a los experimentados
Trejo, Bilic y De Las Cuevas como baluartes del ataque rojiblanco.
El
horario matutino, el encuentro comenzó a las 12 horas, y el calor
invitaban a un ritmo cansino, lento, de balones al pie y no al desmarque
por parte de ambos conjuntos. La velocidad del canterano Jairo, por
banda derecha, propició la mejor ocasión local, con un autopase que le
permitió encarar al portero para ceder inteligentemente el esférico al
área pequeña donde Saizar fue incapaz de colocar bien el pie para haber
abierto el marcador. El partido se animaba y Mandi con un violento
golpeo que se estrellaba en el larguero, ponía la réplica gijonesa.
La
primera mitad acababa con un Sporting ofreciendo mejores sensaciones,
dentro de una gran igualdad entre ambos equipos, gracias a una mejor
capacidad de los rojiblancos para quitar y salir con el balón hacia la
contra, faceta en la que destacó el argentino Óscar Trejo, recordando a
su exitosa campaña con el Rayo Vallecano.
Los siguientes 45
minutos recuperaron la zozobra inicial, con algo más de tensión pero las
mismas imprecisiones para ambos equipos a la hora de hilvanar jugadas. A
los 53', Saizar robaba un balón a un distraído Juan Pablo para mandar
el esférico cerca de la línea de gol, paseándose por una portería vacía.
Pocos minutos después, Landeira se sumaba al error anterior con otra
pelota perdida en su área, un regalo que Jairo estuvo a punto de
aprovechar. El Racing afrontaba mejor el segundo acto gracias a un
Sporting fallón en la parcela defensiva.
La salida del
costamarfileño Koné, criado en las categorías inferiores del club
cántabro, aceleró el encuentro y permitió un mano a mano del jugador con
el portero sportinguista que sacaba brillantemente el balón. Las prisas
llegaban tarde, aceleradas y sin opciones de cambiar el curso del
partido para ninguno de los dos equipos. Aunque Koné, con un buen pase
hacia Dorca que mandaba alto, se empeñaba en llevar la contraria a la
lógica reinante de un reparto de puntos.
El silbato final
anunciaba la incapacidad de Racing y Sporting por desnivelar el partido.
Un empate que deja a sendas plantillas en la parte baja de la recien
estrenada Segunda división. Una categoría larga, que se hace eterna, en
la que no vale ni la historia, ni el peso de tu institución, y en la que
para regresar a Primera hay que luchar, tener ambición, confianza y fe.
Sentimientos y adjetivos de los que hoy han carecido ambos equipos y
que le sobraban al recordado Manuel Preciado.
Homenaje merecido y un 0-0