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El Real Madrid por fin inauguró su casillero de victorias en Liga
después de doblegar al Granada en un partido sin mucha historia, a años
luz del que se vio en el mismo Santiago Bernabéu hace escasos cuatro
días con la visita del Barcelona. El equipo nazarí, insípido e
inofensivo, se esforzó en cerrar las vías hacia su portería desde su
propio campo, y aunque el equipo merengue no estuvo especialmente
brillante, ni siquiera efectivo, no pudo evitar que Cristiano Ronaldo
marcara dos goles antes de que tuviera que retirarse tocado a la hora de
partido. Es el sino cuando te enfrentas al Real Madrid, que sin hacer
tu partido perfecto, los de blanco te pueden hacer un traje al ralentí,
como así sucedió. Y más si juegas media hora con uno menos. Higuaín
marcó su tercer gol en tres jornadas de Liga, consumando una de las
mejores noticias de la tarde en un partido discreto tirando a aburrido.
Y es que la primera parte del Real Madrid no fue ni mucho menos
lúcida. Y no por pereza, sino por pura desconexión en ataque. Los
blancos tenían el balón constantemente en su poder, pero no eran capaces
de hacerlo llegar en condiciones a posiciones de remate ante un Granada
bien cerrado en su propio campo. Salió Luka Modric de titular a pesar
de los pocos entrenamientos que lleva encima, con Sami Khedira
claramente con más voluntad de atacar. Mientras que José Callejón y
Cristiano Ronaldo estaban también en posiciones muy adelantadas,
dibujando en muchas fases casi un 4-3-3 que provocaba que casi siempre
recibieran balones de espaldas a la portería, o con la defensa bien
cerca. Así, las posesiones se fueron perdiendo hasta el descanso una
tras otra sin probar a Toño excepto en contadas ocasiones.
José
Callejón tuvo quizás la mejor al minuto del inicio a pase de Modric, y
luego Cristiano Ronaldo al borde del descanso con un tiro desde el
balcón del área que fue a parar justo a la posición donde lo esperaba el
guardameta rojiblanco. Afortunadamente para los intereses madridistas,
con eso le era suficiente. Primero, porque el Granada rara vez hilaba
más de tres pases seguidos, atenazados bien por el miedo escénico, bien
por los férreos marcajes de los jugadores blancos. Pero también, y sobre
todo, porque el propio Ronaldo logró marcar el 1-0 mediada la primera
mitad, disipando así cualquier conato de ansiedad o nervios. Aprovechó
un pase en profundidad de Callejón para rematar con la zurda al primer
toque. Estaba muy escorado, pero la potencia que le imprimió fue
suficiente para que Toño no pudiera reaccionar a tiempo.
Afortunadamente
para los aficionados al fútbol, la segunda parte ofreció una cara algo
mejor. No era difícil tampoco. Varios factores influyeron en ello.
Primero, que José Mourinho dio entrada a los habituales Di María y Ozil
en lugar de Callejón y Modric, que por cierto se llevó la ovación
generalizada del Bernabéu después de un buen debut como titular.
Segundo, porque al cuarto de hora el defensa visitante Borja Gómez fue
expulsado. Y tercero y más importante, porque Cristiano Ronaldo marcó el
2-0 a los ocho minutos de volver del descanso. Fue precisamente el
recién incorporado Di María el que le encontró solo dentro del área. El
luso no acertó a la primera, pero sí a la segunda con Toño ya
completamente superado en el suelo y sin oposición alguna. Era el gol
150 del portugués con el Real Madrid. Una cifra más que sobresaliente si
se tiene en cuenta el balance de casi 50 goles por campaña.
Con
todos estos factores, en la última media hora se pudo ver a un Madrid
algo más resuelto, sin llegar a exhibir tampoco su versión arrolladora.
Llegaba con más facilidad al área visitante, y la mejor muestra, una
buena triangulación entre Ozil, Benzema e Higuaín que acabó con el tanto
del argentino, que remató solo en boca de gol al minuto 75. El galo
estaba en posición adelantada, pero tampoco importaba mucho, pues el
partido estaba muerto ya desde hacía rato. Sea como fuere, tercer gol
del Pipita en tres jornadas de Liga, que bien pudieron ser cuatro si
llega a enchufar otra ocasión al final del partido. Desde luego, una de
las mejores noticias para el Real Madrid más allá de los tres puntos, en
una noche de nulas emociones.
El luso, que se marchó tocado, alcanza los 150 goles de blanco tras su doblete a un Granada inofensivo. Al Madrid le bastó con un partido discreto. Modric, bien de titular