Adrián Boullosa
Lo consiguió. Pese a que sobre el papel,
España debería haber conseguido la victoria sin problemas, el equipo de
Vicente del Bosque tuvo que sudar para lograr los primeros tres puntos
en la fase de clasificación de cara al Mundial de 2014 que se celebrará
en Brasil.
La selección comenzó el partido con un ritmo lento
ante un rival que se encerró desde el primer minuto en su área para
intentar desactivar el juego de combinación de la Roja. Pese a que
Georgia no desarrolló nada que no hubiera hecho antes frente a
Bielorrusia, la estrategia volvió a salirle bien, al menos en la primera
parte.
Del Bosque mantuvo a su doble pivote innegociable,
mientras Xavi, Iniesta y Silva tenian serias dificultades para encontrar
el hueco entre la poblada defensa local, que no tuvo complejos en
parapetarse frente a su público en Tbilisi.
Sergio Ramos fue el
encargado de ensayar el primer remate del partido con un cabezazo que
que logró atrapar sin demasiados problemas Loria. Sin embargo, nada pudo
hacer el cancerbero un cuarto de hora después: Silva controló un balón
en la frontal libre de marca y ejecutó un lanzamiento que se estrelló en
la madera.
No le sonrió la suerte a España en el primer tiempo,
que finalizó con un gran disparo de Iniesta. Mucha posesión, un 82% en
total, y escasa llegada antes de visitar vestuarios en un partido de
fútbol con complejo de frontón.
Y por si el choque no estaba
suficientemente complicado, España salió adormecida en el segundo tiempo
dispuesta a dar opciones a su rival. Tanto bajó el ritmo, que incluso
Georgia se atrevió a lanzar un contragolpe aislado para que el central
Amisulashvili, que pasaba por allí, mandase un soberbio zurdazo al palo.
De
repente, en España saltaron las alarmas. Todos eran conscientes de que
todo lo que no fuera ganar en Tbilisi era un fracaso, y el susto de los
locales fue un revulsivo.
La Roja, sin jugar bien, sin enamorar,
pero siento práctica, empezó a hilar jugadas de peligro potenciadas por
un Del Bosque que, desde el banquillo, también movió sus fichas dando
entrada a Pedro, Cazorla y Cesc.
Y quiso la fortuna que, en el
minuto 86, por fin apareciera la jugada que daría a España los tres
puntos, con dos de los suplentes como protagonistas: Pedro realizó una
gran jugada por la derecha, ofreció el cuero a Cesc y el delantero del
Barcelona asistió perfectamente a Roberto Soldado para que el valenciano
mandase el cuero al fondo de las mallas en la única jugada en la que el
delantero ché estuvo afortunado…
Los tres puntos se celebraron
con intensidad, tanto por los jugadores como en el banquillo. Y es que
España se jugaba mucho en Georgia. Con esta victoria, la Roja no pierde
el rastro de Francia en la lucha por el primer puesto del grupo.
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Lo consiguió. Pese a que sobre el papel,
España debería haber conseguido la victoria sin problemas, el equipo de
Vicente del Bosque tuvo que sudar para lograr los primeros tres puntos
en la fase de clasificación de cara al Mundial de 2014 que se celebrará
en Brasil.
La selección comenzó el partido con un ritmo lento
ante un rival que se encerró desde el primer minuto en su área para
intentar desactivar el juego de combinación de la Roja. Pese a que
Georgia no desarrolló nada que no hubiera hecho antes frente a
Bielorrusia, la estrategia volvió a salirle bien, al menos en la primera
parte.
Del Bosque mantuvo a su doble pivote innegociable,
mientras Xavi, Iniesta y Silva tenian serias dificultades para encontrar
el hueco entre la poblada defensa local, que no tuvo complejos en
parapetarse frente a su público en Tbilisi.
Sergio Ramos fue el
encargado de ensayar el primer remate del partido con un cabezazo que
que logró atrapar sin demasiados problemas Loria. Sin embargo, nada pudo
hacer el cancerbero un cuarto de hora después: Silva controló un balón
en la frontal libre de marca y ejecutó un lanzamiento que se estrelló en
la madera.
No le sonrió la suerte a España en el primer tiempo,
que finalizó con un gran disparo de Iniesta. Mucha posesión, un 82% en
total, y escasa llegada antes de visitar vestuarios en un partido de
fútbol con complejo de frontón.
Y por si el choque no estaba
suficientemente complicado, España salió adormecida en el segundo tiempo
dispuesta a dar opciones a su rival. Tanto bajó el ritmo, que incluso
Georgia se atrevió a lanzar un contragolpe aislado para que el central
Amisulashvili, que pasaba por allí, mandase un soberbio zurdazo al palo.
De
repente, en España saltaron las alarmas. Todos eran conscientes de que
todo lo que no fuera ganar en Tbilisi era un fracaso, y el susto de los
locales fue un revulsivo.
La Roja, sin jugar bien, sin enamorar,
pero siento práctica, empezó a hilar jugadas de peligro potenciadas por
un Del Bosque que, desde el banquillo, también movió sus fichas dando
entrada a Pedro, Cazorla y Cesc.
Y quiso la fortuna que, en el
minuto 86, por fin apareciera la jugada que daría a España los tres
puntos, con dos de los suplentes como protagonistas: Pedro realizó una
gran jugada por la derecha, ofreció el cuero a Cesc y el delantero del
Barcelona asistió perfectamente a Roberto Soldado para que el valenciano
mandase el cuero al fondo de las mallas en la única jugada en la que el
delantero ché estuvo afortunado…
Los tres puntos se celebraron
con intensidad, tanto por los jugadores como en el banquillo. Y es que
España se jugaba mucho en Georgia. Con esta victoria, la Roja no pierde
el rastro de Francia en la lucha por el primer puesto del grupo.
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