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Comenzaba el partido en el Calderón ofreciendo las dos Supercopas de
Europa conquistadas tanto en balonmano como en fútbol por el Atlético
de Madrid. Unos prolegómenos que invitaban al espectador a disfrutar con
un ambiente festivo que hizo estallar al estadio con el resultado
final, sufriendo, eso sí. Con la victoria ante el Rayo, el Atlético
firma su tercer partido consecutivo marcando cuatro goles.
Los primeros minutos fueron para el Atlético. Descarada apuesta
ofensiva la del técnico argentino, Simeone, que desde los primeros
instantes puso a prueba a la defensa compuesta por tres hombres de los
franjirrojos mediante un disparo desde la frontal de Gabi. Por suerte
para los de Vallecas, el disparo se topó con los pies del portero hoy
titular, Dani Giménez.
Logró calmar el empuje inicial el Rayo
Vallecano. Culpa de ello tuvieron los cinco centrocampistas que dispuso
Paco Jémez sobre el terreno de juego que se adueñaron de la posesión,
como queriendo dormir a los atléticos que esperaban en la retaguardia
para salir a la contra. Pero ni mucho menos, el Atlético estaba dormido,
al contrario, estaba más vivo que nunca. Antes de llegar a la media
hora de partido, Diego Costa se internó por banda izquierda para asistir
a Mario Suárez que solo tuvo que colocar su bota en dirección a la meta
rayista y el balón supo su destino.
Instantes
previos al descanso, Arda Turan disponía de la ocasión más clara para
aumentar la ventaja para los del Manzanares. Un despiste en el flanco
derecho del Rayo fue mal aprovechado por el turco hasta en dos ocasiones
y despejado, en línea de gol, por los zagueros rayistas. Se llegó así
al tiempo de refresco con un Rayo en carente de pegada y un Atlético
picante en la zona de tres cuartos.
Todo quedó desequilibrado en
los primeros cinco minutos de la segunda parte mediante dos jugadas
idénticas que dejaron en evidencia a la débil defensa franjirroja. Con
Falcao en el eje de creación y Diego Costa en modo asistente los
atléticos vieron aumentada su ventaja con Koke primero y Arda Turan dos
minutos más tarde. Por si fuera poco, el héroe del Atlético convirtió un
penalti provocado por Diego Costa.
No dio su brazo a torcer el Rayo
Vallecano, dueño de una posesión que no acababa de convertirse en
ocasiones claras sobre el arco defendido por Courtois. No así el
Atlético, muy incisivo sobre el área vallecana, incluso con las nuevas
incorporaciones del ‘Cebolla’ Rodríguez y Adrián. A falta de diez
minutos para la conclusión, el Rayo volvía a creer en el partido. Un
inspirado Delibasic hacía dos goles y Léo sacaba partido del
desconcierto de la zaga rojiblanca para poner al Calderón a pedir la
hora.
Al final, tres puntos que se quedaron en la ribera del
Manzanares. Una victoria sufrida para los atléticos que acaban la semana
con un susto en el cuerpo. El Rayo tuvo su recompensa en la recta final
y acabó soñando con sacar algún punto positivo del Calderón. Fue solo
un sueño.
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