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Un 9 de octubre, pero en 2010, debutaba un espigado defensa de 22
años con el Real Betis Balompié. Era Miki Roqué, el #eterno26 que el
Beticismo nunca se cansará de recordar.
Era la jornada 7 en la
Liga Adelante y los verdiblancos visitaban Las Palmas con la obligación
de ganar para asegurarse el liderato una jornada más, pero se le
complicaban las cosas en el minuto 39 con la lesión de Roversio. Fue
entonces cuando el joven zaguero catalán se enfundó la camiseta de las
trece barras por primera vez con los 'mayores', antes ya había
despuntado en el Betis B.
Y lo hizo para hacerse con un puesto en el once de Pepe Mel, que lo
alineó como titular en los seis partidos siguientes. Y lo hizo para
hacerse un hueco en el corazón del aficionado bético.
Aunque se
fueron perdiendo al descanso, los sevillanos remontaron en la segunda
mitad para, en el descuento, recibir un gol que supondría un empate y la
pérdida de la primera posición al finalizar la jornada. Sin embargo, la
Leyenda de Miki Roqué había nacido.
El destino, caprichoso como
es, quiso jugarle una mala pasada truncando su proyección la semana en
la que precisamente iba cumplir una vuelta como futbolista de la primera
plantilla. Unos días antes del Betis-Las Palmas de la vuelta, el
catalán anunció la enfermedad que le obligó a interrumpir su carrera
para siempre.
Así, aquel partido frente a los canarios se
convertiría en el primero de los muchos que hasta la fecha en los que el
público del Benito Villamarían, al unísono y entre palmas, cantaría por
él en cada minuto 26, rezaría por él, añorando volver a verlo alguna
vez de verdiblanco.
Hoy ya no será posible. Pero su recuerdo
permanece intacto en la mente y el corazón de cada bético, que seguirá
cantando, y rezando, cada minuto 26 por el #eternoMikiRoqué. Hoy hace
dos años que debutó con el Betis.
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