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En un contexto extraño, con la emisión televisiva del partido en el
aire, con bajas sensibles en la parcela defensiva y con la ya perenne
disyuntiva entre el delantero mentiroso o tradicional, encara España el
partido ante la exótica Bielorrusia, una selección amparada en el
boyante Bate Borisov y publicitada por el exbarcelonista Hleb. Se cuece
otra encerrona para los hombres de Vicente del Bosque, que hace apenas
un mes estuvieron a media cuarta de salir magullados de Georgia.
Afronta cada partido España un guión similar ante rivales menores.
Selecciones sin pudor a recogerse y parapetarse tras dos líneas de cinco
a mayor o menor distancia de la portería ante las cuales la Roja sufre
para descerrajar. Así ocurrió en Georgia, donde España adoleció de
profundidad y acusó un matiz demasiado predecible. Sólo la anarquía de
Cesc, que entró en los minutos finales, y la puntería de Soldado
sortearon el borrón.
Hay una eventualidad que sin duda alterará
el planteamiento de Del Bosque ante Bielorrusia. Ausentes Piqué y Puyol,
el técnico está obligado a mover ficha. En el entrenamiento del jueves,
el salmantino probó con Busquets como central reconvertido. Durante el
mandato de Del Bosque, la mezcla del barcelonista con Xabi Alonso ha
sido innegociable. Recurrentemente, la necesidad sobre emplear un doble
pivote tan marcadamente defensivo ante rivales de este pelaje, ha
suscitado un debate cíclico.
Asumido el enroque, el seleccionador se plantea exagerar el estilo, y apostar por un jugador más de calidad (Cazorla) que de
músculo, (Javi Martínez) para suplir a Busquets en la zona ancha. El
jugador del Arsenal, que ha abolido su periodo de adaptación a la
Premier League, es uno de los futbolistas españoles más en forma, y se
perfila para actuar como titular acompañando a Xavi en los interiores,
por delante de Alonso. Junto a Silva está llamado a formar las
sociedades brillantes con las que España fluye en los últimos metros,
Pedro estirará el equipo y Cesc ejercerá como delantero mentiroso. Así
ensayó Del Bosque en la prueba final.
Parece que el desenlace del
partido frente a Georgia fue revelador para Del Bosque, quien optó por
prescindir de Busquets para dar entrada a Cesc, que dio en pocos minutos
un vuelo inédito antes de su entrada. Seguramente, en condiciones
normales el seleccionador hubiera apostado de nuevo por su clásico doble
pivote, pero, ante la reubicación del barcelonista, el técnico estaría
resuelto a modificar su libro de estilo. En un partido que se volcará
irremisiblemente hacia la meta bielorrusa, Xabi Alonso parece más que
suficiente para ejercer como única ancla del equipo.
Con Francia
en el horizonte, el martes en el Vicente Calderón, y el exiguo margen de
error que concede un grupo corto como el que engloba a España, la
selección no puede permitirse un tropiezo en Minsk. La selección gala,
jugando como local, se deshizo de Bielorrusia por 3-1 el mes pasado.
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