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Ni la lluvia ni el Twente pudieron
parar a un Levante serio, que tiró de oficio y efectividad para sacar
adelante un partido clave para su futuro europeo. Además del rigor
defensivo, propio de los de JIM, los granotas se sirvieron del gran
partido de Míchel y de Pedro Ríos para ganar a los holandeses y acercar
un poco más el objetivo de pasar de ronda. La victoria mantiene al
Levante segundo de grupo y aumentan a cuatro los puntos de ventaja sobre
el Twente, que sigue tercero.
El partido comenzó con la lluvia como
protagonista. El agua no paraba de caer, aunque el buen drenaje del
Ciutat de Valencia consiguió evitar que el césped se convirtiera en una
piscina. Así, el encuentro comenzó con un fútbol rápido, de ida y
vuelta, en el que ambos equipos pudieron adelantarse en el marcador. El
Levante, fiel a su estilo directo, combinaba bien con Míchel y Pedro
Ríos, pero no tuvo suerte en la definición y a partir del cuarto de hora
de partido dio un paso atrás.
Desde entonces, el cuadro holandés tomó
el mando del partido ganado la batalla física del centro del campo y
apropiándose del balón. El Levante se mantenía serio atrás mientras que
los medios holandeses dirigían el juego y llegaba con peligro, en
especial por banda derecha, con las incursiones de Rosales y Tadic. La
superioridad del Twente se acrecentaba con el paso de los minutos y de
no ser por el árbitro se habría ido al descanso con ventaja en el
marcador. Y es que el serbio Tadic marcó un auténtico golazo desde fuera
del área que el colegiado anuló injustamente, a instancias de su
asistente, por un supuesto fuera de juego posicional de Castaignos.
A pesar de llevar el peso del partido, el
líder de la Eredivise no llevaba demasiado peligro a la portería
contraria y el Levante esperaba atrás, consciente de que al menos iba a
tener una oportunidad. Y así fue, gracias a un penalti transformado por
Míchel al principio de la segunda parte. El gol hizo daño a los
holandeses, provocando una mejoría en el juego del Levante, que salió de
la cueva y empezó a encontrar más huecos.
La última media hora sirvió para
justificar el premio que JIM recogió esta semana, el de mejor entrenador
de la pasada Liga BBVA. El míster granota basa el juego de su equipo en
la seriedad defensiva y en ser letales a la contra. Una vez más, sus
jugadores cumplieron a la perfección y con esa sucesión de ayudas que no
concede espacios al rival, impidió la más mínima reacción holandesa.
Además del buen hacer de la zaga levantinista, Pedro Ríos fue el
encargado de ejecutar a los de Steve MacClaren. Un doblete del jerezano
puso el 3-0 en el marcador y dejó en casa tres puntos importantísimos
para conseguir el pase de ronda.
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