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No hay manera de entenderlo, así es el fútbol. Un Merseyside Derby
siempre es un placer, y no ha vuelto a defraudar. Un partido que terminó
con una tremenda polémica tras marcar el asistente del árbitro un fuera
de juego inexistente en un gol del Liverpool que les daría la victoria.
Grandes conclusiones de este partido que contó con múltiples
ocasiones para ambos equipos. Luis Suárez volvió a encontrarse con el
gol al anotar uno de ellos y generar el primero, que rebotó en Baines.
Igualdad estadística la que nos encontramos en todos los aspectos, con 4
disparos a puerta cada equipo, 14 remates en total para los locales y
11 para los visitantes.
El Everton realizó un partido muy intenso
perdonando en alguna ocasión con llegadas al área muy peligrosas.
Fellaini volvió a dirigir una vez más a su equipo, mientras que en
Liverpool el siempre eterno Steven Gerrard y Sahin se encargaban de
ello.
La primera parte nos ofreció 45 minutos llenos de goles y
emociones. Luis Suárez y Baines generarían el primer gol red, una gran
jugada de Jose Enrique que terminaría lanzando a portería el uruguayo,
rebotando el balón en el defensor inglés para colarse en la portería
local. No tardaría en llegar el segundo, tras una falta a Sterling en la
que Osman vería la amarilla. Steven Gerrard colgó un perfecto balón al
área que Suárez remataría convirtiéndolo en el segundo gol del partido.
La
ventaja del Liverpool no tardaría en disminuir. El Everton lanzó un
córner que Osman, protagonista en la anterior jugada del gol del
Liverpool, remató a la red tras un despeje de Jones, portero titular del
Liverpool en el lugar de Reina. En estas, mientras pasaban los minutos,
Fellaini aparecía para poner un gran balón desde la banda a Naismith
que remataría tras una falta de entendimiento entre los defensores.
La
segunda parte trajo consigo el cambio de Sahin y Suso en el descanso
por parte de Rodgers, dando entrada a Shelvey y Coates. Nadie llegó a
entender el cambio de Sahin, el reloj del equipo. Mientras el Everton
colocó a Gueye en el campo, por un Mirallas que estaba coqueteando con
las tarjetas en todo momento por un comportamiento demasiado agresivo.
Las
ocasiones sucedieron en ambos conjuntos, muy cerca estuvo Jelavic de
anotar, al igual que Steven Gerrard. Al final del partido, con el
añadido casi cumplido, el Liverpool colgaba una falta al área. Un
jugador red remató al centro del área y Suarez golpeó de manera
brillante para poner el 2-3 de manera legal. Cual era la sorpresa al ver
que el asistente dijó no, y anuló el gol por un fuera de juego
inexistente. La decisión no gustó a los jugadores del Liverpool, los
cuales reclamaron al pitar el final, al árbitro.
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