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No pudo, sencillamente eso, lo intentó pero no pudo el Sevilla.
El Levante defendió el empate hasta la el último minuto defendiendo de
forma ordenada y sin complejos, y en algunos momentos hasta renunciando
al ataque. Los hispalenses estuvieron faltos de chispa y velocidad,
aunque por momentos tuvieron contra las cuerdas a los granotas, fallaron
sus ocasiones, y se estrellaron con la telaraña defensiva de JIM.
En las alineaciones no sorprendieron ninguno de los dos técnicos. JIM
alineó su once de gala a excepción del lesionado El Zhar, al marroquí
lo sustituyó en la izquierda Pedro Ríos. Por su parte, Míchel, también
alineó su once tipo, resolvió las bajas en la banda izquierda con la
entrada de Luna, que adelantó su posición para jugar por delante de
Fernando Navarro en detrimento de Reyes, que aún no está físicamente
para jugar ni en banda ni mucho menos noventa minutos, mientras que la
ausencia de Botía la suplió Fazio, que conformó con Spahic la pareja de
centrales.
Los primero fueron de tanteo entre ambas escuadras, el Levante según
era previsible entregó la posesión a los locales esperando salir a la
contra son Juanlu, Ríos o Martins. En el Sevilla, el dominio de la bola
resultaba estéril y solo acercó gracias a una falta lateral colgada por
Rakitic, y alguna internada de Cicinho o Navas que no llegaron a
centrar. No salieron con la intensidad de otras ocasiones los
andaluces. Martins estuvo a punto de dar el susto con un balón a la
espalda de Fazio, pero el argentino al final logró rehacerse y robarle
la cartera al nigeriano que ya iba a engatillar.
Al cuarto de hora los sevillistas empezaron a probar suerte en la
potería de Munúa. El primero fue Negredo con una volea flojita que
atrapó el uruguayo sin problemas, después Navas lanzó un misil colocado
que se marchó rozando el palo, y otro disparo desde fuera de Medel,
rondando el minuto 26, que golpeó en la cabeza de Juanfran cuando iba
hacía la meta, el lateral levantino tuvo que ser atendido tras el
pelotazo. Jesús Navas y Cicinho empezaban a ser un martillo pilón en
banda, y el Levante empezaba a sufrir un poco, a pesar de su excelso e
impenetrable sistema defensivo. El ritmo monótono del partido iba en
consonancia con el escaso ambiente en las gradas, que debido al mal
tiempo y a la ausencia de la peña Biris Norte, lució una de las peores
entradas de los últimos años.
El Levante consiguió volver a dormir el partido e imponer su defensa,
a pesar de que el Sevilla rondaba un porcentaje de posesión de casi el
setenta por ciento no tenía profundidad, y salvo los chispazos de la
genial banda derecha del Sevilla, el juego resultó bastante aburrido
previsible. Lo que tampoco llegaba era la ansiada contra para los
visitantes, que propiciara su primera ocasión del partido.
Así se llegó al descanso con el Levante cumpliendo al milímetro lo
que quería en el césped del Pizjuán, con un equipo local esterilizado
por una ordenadísima e infranqueable defensa. La segunda mitad empezó
sin ningún cambio, y en los primeros minutos continuaba la misma idea
que en la primera mitad, el Levante agazapado atrás y el Sevilla sin
saber cómo hincarle el diente.
Al fin el técnico nervionense se atrevió a hacer variaciones tácticas
que dieran al Sevilla la oportunidad de romper la defensa granota y
abrir el marcador. En un cambio bastante ofensivo retiró del terreno a
Maduro y dio entrada a José Antonio Reyes. Rakitic pasaba al doble
pivote, y Reyes pasaba a ocupar la posición de mediapunta por detrás de
Negredo. El utrerano aportaba más movimientos, pero no aumentó la
clarividencia. De hecho, lo único destacable en ataque de ambos equipos
en los primeros veinte minutos fueron varios córners botados sin éxito
por el Sevilla, y una falta lanzada desde la frontal por Negredo que
sacó Munúa mandó a saque de esquina.
Juan Ignacio Martínez movió también ficha, pero sin apenas
repercusión táctica para su equipo, y retiró del campo a un extenuado
Ríos y metió al jovencísimo Rubén, cinco minutos después el preparador
levantino también tuvo que retirar al lesionado Diop, que sufrió una
dura entrada de Medel, y dio entrada a Míchel. Con el paso de los
minutos prometía que el asedio de los hispalenses iría en aumento, y más
con la entrada de un delantero más con la entrada de Babá por Luna,
aunque no se podía olvidar que los granotas son de los mejores
contragolpeadores del campeonato.
Babá estuvo a punto de salir y besar el santo con un disparo desde
fuera del área que repelió el guardameta granota. El Sevilla tocaba a
arrebato, y parecía que los minutos se le iban a hacer eternos a los
visitantes. La tuvo primero Medel, que le pegó con toda su alma desde
fuera del área pero su tiro se fue por encima del larguero. Los nervios
crecían en los locales que se desesperaban buscando el gol. Míchel quemó
sus naves metiendo a Campaña en el lugar de Rakitic, el canterano nada
más salir estrelló un disparo en la madera, y el rebote del mismo tiro
Babá lo mandó inexplicablemente a las nubes con la portería vacía.
El Sevilla se fue ya arriba con todo, se sucedieron córners y
barullos en el área, y Medel tuvo otra clara con un balón que Medel
remató fuera desde dentro del área. Nada pudo mover el marcador en el
Pizjuán. La defensa del Levante fue un muro, de un equipo que en la
segunda mitad se conformó en todo momento con el empate. Valiosísimo
punto para los visitantes e inservible para los locales que se queden
en tierra de nadie y más lejos de los puestos europeos. Para el
aficionado imparcial, un apartido aburrídisimo entre un equipo
ultradefensivo y otro sin ideas ni profundidad.
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