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El Sevilla regresa a Cornellá-El Prat después de apenas una semana
de su última visita que supuso la debacle copera del equipo periquito,
con un 0-3 en contra. Ahora, la llegada de un hombre experimentado en la
Liga española como el entrenador mexicano Javier Aguirre es el
argumento utilizado por la parroquia blanquiazul para creer en la
recuperación y en la salvación.
El Espanyol es el farolilllo rojo de la tabla a sólo una victoria de
dar el salto para salir del fango. Ese es el optimismo con el que se
afronta el encuentro por una plantilla que aprece haber recogido el
mensaje del 'Vasco' y que en estos días hacían propio en las redes
sociales. Un efecto que el masa social perica ve con esperanza y que
también se ha sumado al espontáneo llamamiento de despegar.
La
situación del Sevilla tampoco es la más boyante, ciertas luces como el
derbi ante el Betis no ensombrece la delicada situación económica que
arrastra el cuadro hispalense, una oscuridad que ha llegado al plano
deportivo con derrotas como la de la última jornada. Todo ello ha
llevado a que se empiece a cuestionar la labor de Míchel que no quiere
seguir los pasos de Mauricio Pocchettino, el ex técnico espanyolista que
ha estrenado la estadística de entrenadores destituidos.
La
visita de los rojiblancos a la Ciudad Condal se ve con buenos ojos dado
que en el recuerdo permanece la victoria en la Europa League, de la
campaña 2006-07, y que de los últimos seis enfrentamientos de los
hispalenses en Barcelona, sólo en uno acabó con la victoria local. Unos
números que Javier Aguirre no quiere ni oir hablar.
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