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Después del último paso por la Champions previo a las eliminatorias,
el Real Madrid retorna a la Liga en una situación de calma tensa. Las
victorias ante el Atlético y el Ajax han amortiguado un poco la
crispación que se vivió en el Santiago Bernabéu durante el partido ante
el Alcoyano, con los pitos a los que coreaban a José Mourinho. Sin
embargo, las informaciones aparecidas esta semana sobre la no
continuidad del técnico de Setúbal la próxima temporada hacen inevitable
que no se mire todo con cierto recelo.
Es por ello, y porque el equipo blanco se encuentra a once puntos
del liderato, por lo que el punto de mira del madridismo no enfoca hacia
otro lado que no sea la victoria. Máxime cuando el Barcelona visita el
Benito Villamarín ante un Betis lanzado, y muy probablemente sin Messi
entre sus filas. Desde luego, recortar puntos este sábado podría ser la
mejor noticia posible para el Real Madrid a escasa una semana de que los
blaugrana reciban al Atlético en el Camp Nou, en lo que puede ser la
puntilla al campeonato si consiguen dejar a segundo y tercer
clasificados a nueve y once puntos respectivamente, como se busca en la
Ciudad Condal.
Desgraciadamente para José Mourinho, para recorrer
el camino hacia ese objetivo parece que no podrá contar con Fabio
Coentrao, el único lateral izquierdo disponible, y que además venía
cuajando cada vez mejores actuaciones. Aunque eso sí, esta vez la
situación no es tan grave como hace algunas semanas, pues Arbeloa sí
estará esta semana a su disposición, igual que Nacho Fernández, que se
está destapando como una solución fiable, con lo que los laterales
pueden quedar bien cubiertos sea como fuere.
Y de ahí en
adelante, el técnico merengue podrá disponer de sus jugadores de ataque
habituales sin mayores perjuicios añadidos a los ya conocidos de
Higuaín. Es más, el partido en Zorrilla llega en un momento
aparentemente bueno para algunos de los menos habituales como Modric,
Callejón o Morata, que han podido foguearse en los últimos encuentros.
Aunque si los focos deben centrarse en alguien, ése será nuevamente
Cristiano Ronaldo, que después de una racha negativa de cara a puerta
parece haberse encontrado de nuevo con el gol tras marcar ante Atlético y
Ajax. Y ya se sabe que si el ‘7’ sonríe, el Real Madrid es feliz.
Enfrente,
el equipo blanco tendrá a un recién ascendido Valladolid que es una de
las revelaciones de la presente Liga. Y ya no sólo por una meritoria
séptima posición, con apenas ocho puntos menos que el propio Real
Madrid, sino por ese buen gusto por el balón, por el juego ágil y
vistoso que vienen desplegando los pupilos de Djukic. Con jugadores que
se están destapando domingo tras domingo, como Oscar, Ebert o Rukavina.
La
teoría dice que ese juego despreocupado debe favorecer indirectamente
al Real Madrid, que muestra peores hechuras ante equipos que se cierran
atrás descaradamente. Pero sea como fuere, a lo que seguro que beneficia
este partido que se prevé de poder a poder es al espectáculo para los
espectadores. Algo que se agradece especialmente después de que la
última visita de los merengues a Zorrilla fuera especialmente rica en
juego subterránea. Entonces, el Real Madrid acabó ganando 1-4, algo que
por otra parte tampoco ha sido habitual en la última década. Y es que a
pesar de las buenas relaciones históricas que han mantenido siempre
Madrid y Valladolid, con muchos traspasos de jugadores de por medio, en
Pucela han sido varias veces las que el pequeño le ha mojado la oreja al
grande, que apenas ha sumado dos victorias en los últimos diez años. Un
ingrediente más que hace de este Valladolid-Real Madrid un partido como
para no perderse. Un partido para hombres, y no ya un juego de niños.
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