En Sevilla y ante el Betis encontró Caparrós el maná de su primera
victoria en tres meses gracias a un ejercicio de oficio y pulcritud que
le llevó a conseguir un resultado balsámico antes de las navidades. Supo
sobrevivir el Mallorca a un inicio atropellado, en el que encajó un gol
antes de romper a sudar y encontró la complicidad de Undiano Mallenco
en el inicio de la segunda mitad para encarrilar la victoria gracias a
un penalti grotesco. De un metro fuera del área.
Apocado
por los malos resultados, quiso Caparrós pertrechar más el centro del
campo, dando entrada a Martí junto a Tomás Pina y Javi Márquez en
detrimento de Hemed, el mejor goleador de plantel. Era meridiano el
planteamiento del Mallorca, resuelto a abigarrar los carriles centrales,
alzar la presión alta con Márquez como punta de lanza y salir con
fulgor al ataque. Así de noblemente te presentó en la contienda, pero
olvidó de primeras el aderezo de la concentración.
Penaliza como
pocos en esta Liga Beñat las jugadas a balón parado, y en una falta
lateral en los primeros minutos, el vasco se cobró un nuevo tanto. Beñat
botó un balón al corazón del área. Un envío con veneno que nadie acertó
a desviar ni despejar y dejó a Aouate con el molde, casi preguntándose
cómo podía haber acabado esa jugada así.
No tuvo los efectos
esperados el prematuro tanto local. El Mallorca, pese a llegar en una
crisis galopante, no se descompuso a la primera y el Betis tampoco buscó
con ahínco la sentencia. La pudo encontrar eso si gracias a la
disfuncional defensa bermellón, obligada por las circunstancias a
alistar a Nsue en el lateral diestro. Por ese carril, en el que vivió a
placer Rubén Castro pudo llegar el segundo gol, gracias a una jugada
rápida que pilló al importado lateral a desmano. La cabalgada de Castro
desembocó en una asistencia perfecta para Jorge Molina que el delantero
no acertó a embocar.
La tuvo también Campbell y Cañas mediante un
disparo, pero apenas fue fogueo. Ciertamente, no supo el Betis hincar
un bocado a un rival al que no llevó al límite de su situación. Sin duda
le ayudó encontrarse con el gol en su primer disparo del partido. Y uno
de los pocos en el global del choque. Un gran servicio desde la
izquierda por Kevin García fue aprovechado por Casadesús para hacer el
empate. El delantero se elevó por encima de Nacho para conectar un
cabezazo imperial que se coló pegado al poste.
No hubo muchas más
noticias del Mallorca en ataque en todo el encuentro, y se perdió el
Betis entre los imprevistos de un partido raro, que nunca terminó coger
vuelo realmente. No contribuyó al Betis un error grosero del árbitro en
los albores de la segunda mitad. Un falta claramente fuera del área que
Undiano transformó en un penalti ejecutado por Javi Márquez que acreditó
la propuesta del Mallorca, lo aló y terminó de desconcertar al Betis.
No
halló su sino el equipo de Pepe Mel, en una de sus versiones más
irreconocibles de los últimos tiempos. Por más que el técnico impulsara
el juego dinámico con la salida de futbolistas afilados como Agra o
Vadillo, o que el Malllorca se quedara durante treinta minutos en
inferioridad por expulsión de Dos Santos, se vio inalterado el guión.
Apenas un par de disparos sueltos de Beñat y Cañas desde el balcón del
área que Aouate repelió sin problema. Se congeló el Betis en el último
episodio del año. Respira Caparrós, que dedicó exultante la victoria a
su padre señalando efusivamente al cielo. Sonríe el Mallorca.
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