El nuevo año ha traído a Coruña nuevos aires, un cambio de ciclo propiciado por el relevo en la dirección técnica. Domingos Paciencia, habitual inquilino de banquillos portugueses, ha tomado el mando de un equipo que parte el 2013 como colista de Primera. Todo un reto para un míster que llevó al Sporting de Braga a cotas inimaginables, como una final continental
Si el Deportivo de Oltra se caracterizaba por el buen juego y la fragilidad defensiva, Paciencia ha propuesto un giro, un muro donde construir el resto de la casa. Porque los blanquiazules no querían sorpresas y por ello el trabajo se anteponía a la clase, presión y esfuerzo físico por encima de todo.
Por ello, los primeros minutos parecieron servir como una nueva presentación del equipo ante Riazor. Un escaparate donde demostrar que hay mimbres para creer. Aunque la fe se entremezclara con las prisas y los nervios, lo que motivó que el Dépor llegara a la meta rival trastabillado.
La suerte tampoco acompañaba a los herculinos. Un libre directo lanzado por Pizzi salvaba la barrera malaguista para encontrarse con la madera, ante un Caballero que se veía batido. El Málaga tuvo su opción casi al final del primer tiempo, cuando Joaquín aprovechaba un error de Abel Aguilar para plantarse sólo ante la portería deportivista aunque Aranzubía taponaba con seguridad. Una acción aislada dentro de un encuentro bien llevado por los coruñeses en el plano defensivo y al que le faltaba el acierto arriba.
El segundo tiempo repetía la misma letra. Una canción en la que los gallegos se protegían en su zaga antes que pensar en el ataque. De ahí, que cualquier disparo a la puerta andaluza tuviera su valor en oro. Riki erraba su ocasión para, a continuación, ser Pizzi, en el 57', el que se deshiciera de Demichelis con un precioso recorte que culminaba con un zurdazo que perforaba el arco de Caballero.
El Málaga no tenía capacidad de reacción. El marcador en contra no había supuesto un cambio de actitud en los visitantes que no encontraban la vía de entrada a la portería. Los cuatro hombres más adelantados del cuadro boquerón seguían inéditos. El ritmo del juego tampoco ayudaba a sus intereses.
Quedando un cuarto de hora, Santa Cruz se elevaba en un testarazo de libro, con los tres tiempos perfectamente realizados, que no se vieron recompensados. El cuero salía rozando el poste. Los andaluces dominaban en la posesión pero no arrinconaban a un Dépor que se iba sintiendo cómodo y seguro.
El final del partido anunciaba la tercera victoria de los locales. Un buen inicio de año y un prometedor arranque para la era de Domingos Paciencia que parece asegurar seriedad defensiva para un equipo que con Oltra había divertido pero que también había recibido demasiados goles. El Deportivo tiene un nuevo estilo. Paciencia
espero que no les dure mucho la alegria y se les acabe pronto la paciencia
Si el Deportivo de Oltra se caracterizaba por el buen juego y la fragilidad defensiva, Paciencia ha propuesto un giro, un muro donde construir el resto de la casa. Porque los blanquiazules no querían sorpresas y por ello el trabajo se anteponía a la clase, presión y esfuerzo físico por encima de todo.
Por ello, los primeros minutos parecieron servir como una nueva presentación del equipo ante Riazor. Un escaparate donde demostrar que hay mimbres para creer. Aunque la fe se entremezclara con las prisas y los nervios, lo que motivó que el Dépor llegara a la meta rival trastabillado.
La suerte tampoco acompañaba a los herculinos. Un libre directo lanzado por Pizzi salvaba la barrera malaguista para encontrarse con la madera, ante un Caballero que se veía batido. El Málaga tuvo su opción casi al final del primer tiempo, cuando Joaquín aprovechaba un error de Abel Aguilar para plantarse sólo ante la portería deportivista aunque Aranzubía taponaba con seguridad. Una acción aislada dentro de un encuentro bien llevado por los coruñeses en el plano defensivo y al que le faltaba el acierto arriba.
El segundo tiempo repetía la misma letra. Una canción en la que los gallegos se protegían en su zaga antes que pensar en el ataque. De ahí, que cualquier disparo a la puerta andaluza tuviera su valor en oro. Riki erraba su ocasión para, a continuación, ser Pizzi, en el 57', el que se deshiciera de Demichelis con un precioso recorte que culminaba con un zurdazo que perforaba el arco de Caballero.
El Málaga no tenía capacidad de reacción. El marcador en contra no había supuesto un cambio de actitud en los visitantes que no encontraban la vía de entrada a la portería. Los cuatro hombres más adelantados del cuadro boquerón seguían inéditos. El ritmo del juego tampoco ayudaba a sus intereses.
Quedando un cuarto de hora, Santa Cruz se elevaba en un testarazo de libro, con los tres tiempos perfectamente realizados, que no se vieron recompensados. El cuero salía rozando el poste. Los andaluces dominaban en la posesión pero no arrinconaban a un Dépor que se iba sintiendo cómodo y seguro.
El final del partido anunciaba la tercera victoria de los locales. Un buen inicio de año y un prometedor arranque para la era de Domingos Paciencia que parece asegurar seriedad defensiva para un equipo que con Oltra había divertido pero que también había recibido demasiados goles. El Deportivo tiene un nuevo estilo. Paciencia
espero que no les dure mucho la alegria y se les acabe pronto la paciencia