La tarjeta roja mostrada por el colegiado Paradas Romero a Augusto Fernández, dinamitó y aceleró el dominio de los donostiarras en un partido que se había cerrado con ventaja del Celta en el primer tiempo. La superioridad numérica permitió a la Real Sociedad ser más agresiva y empatar el encuentro para mantener la sobresaliente trayectoria de la entidad vasca con sólo una derrota en los últimos once partidos en esta temporada. El colegiado se acabó convirtiendo en uno de los protagonistas al expulsar a Paco Herrera.
Dos de los conjuntos que mejor fútbol practican en la Liga BBVA fueron fieles a su alegre juego de toque y buenos movimientos en los primeros minutos. El Celta optaba por elaborar menos, basando su ataque en las contras y el desplazamiento en largo donde contaba con superioridad. Mientras que la Real, era conducida por la clase del Chory Castro y Carlos Vela, bajo el ritmo impuesto por ambos.
A la media de hora de juego, una pared entre Krohn-Dehli y Iago Aspas permitía al danés aparecer en el área para colocar con el interior el primer tanto del escandinavo en la competición. Si algo había faltado al choque eran disparos a puerta y en el tercero del encuentro se rompía el empate. Gran efectividad celeste para marcharse con ventaja a los vestuarios.
El segundo tiempo arrancaba sin Iago Aspas, aquejado por sus problemas cervicales, Álex López entró para rehacer un dibujo con la doble pareja de mediocentros formada por el ferrolano junto a Borja Oubiña. Pero el plan se precipitó, Augusto Fernández era expulsado en el 49' por doble amarilla. Una circunstancia que daba alas a los 'txuri-urdin' que a pesar de acorralar a los vigueses no encontraba la hoja de ruta para llegar a la meta rival.
En un saque de esquina, llegaba el empate con un cabezazo de Gorka Elustondo quien superaba a la defensa en zona del equipo gallego para desviar el cuero al palo largo. Quedaba media hora para el final. El desarrollo del duelo había pasado del celeste al blanquiazul. El Celta se ahogaba en su campo ante las acometidas del cuadro donostiarra que seguía metiendo más madera al terreno de juego con las incorporaciones de Griezmann y Agirretxe.
El ambiente estaba tenso con un público soliviantado pidiendo más cartulinas para los jugadores visitantes. El entrenador barcelonés Paco Herrera era el siguiente en ver la bocana de los vestuarios. El partido no parecía contagiarse de la revolución que se vivía en la grada y caía en unos minutos indecisos donde nadie sacaba tajada, aunque un lanzamiento de Bergara a la madera pudo variar el destino de un partido que acababa en empate ante la incapacidad donostiarra de ver puerta.
REGISTRATE en Mundo-deportes, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis.
Dos de los conjuntos que mejor fútbol practican en la Liga BBVA fueron fieles a su alegre juego de toque y buenos movimientos en los primeros minutos. El Celta optaba por elaborar menos, basando su ataque en las contras y el desplazamiento en largo donde contaba con superioridad. Mientras que la Real, era conducida por la clase del Chory Castro y Carlos Vela, bajo el ritmo impuesto por ambos.
A la media de hora de juego, una pared entre Krohn-Dehli y Iago Aspas permitía al danés aparecer en el área para colocar con el interior el primer tanto del escandinavo en la competición. Si algo había faltado al choque eran disparos a puerta y en el tercero del encuentro se rompía el empate. Gran efectividad celeste para marcharse con ventaja a los vestuarios.
El segundo tiempo arrancaba sin Iago Aspas, aquejado por sus problemas cervicales, Álex López entró para rehacer un dibujo con la doble pareja de mediocentros formada por el ferrolano junto a Borja Oubiña. Pero el plan se precipitó, Augusto Fernández era expulsado en el 49' por doble amarilla. Una circunstancia que daba alas a los 'txuri-urdin' que a pesar de acorralar a los vigueses no encontraba la hoja de ruta para llegar a la meta rival.
En un saque de esquina, llegaba el empate con un cabezazo de Gorka Elustondo quien superaba a la defensa en zona del equipo gallego para desviar el cuero al palo largo. Quedaba media hora para el final. El desarrollo del duelo había pasado del celeste al blanquiazul. El Celta se ahogaba en su campo ante las acometidas del cuadro donostiarra que seguía metiendo más madera al terreno de juego con las incorporaciones de Griezmann y Agirretxe.
El ambiente estaba tenso con un público soliviantado pidiendo más cartulinas para los jugadores visitantes. El entrenador barcelonés Paco Herrera era el siguiente en ver la bocana de los vestuarios. El partido no parecía contagiarse de la revolución que se vivía en la grada y caía en unos minutos indecisos donde nadie sacaba tajada, aunque un lanzamiento de Bergara a la madera pudo variar el destino de un partido que acababa en empate ante la incapacidad donostiarra de ver puerta.
REGISTRATE en Mundo-deportes, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis.