Míchel en su época como jugador del Real Madrid vivió históricas remontadas con el conjunto blanco. Eran noches en las que el 'miedo escénico' anotaba el primer gol merced a un Bernabéu vibrante y unos jugadores confiados que lograban recuperarse de los malos resultados de la ida. Entre 1984 y 1985 Míchel participó activamente en las recordadas eliminatorias contra el Colonia, Anderlecht, Inter y Borussia Mönchengladbach. Seguramente, el técnico del Olympiacos habló a sus pupilos de la fe, la capacidad de voltear un marcador y de aquellas remontadas.
El primer elemento para los helenos se cumplió con un bullicioso y colorido estadio. El Georgios Karaiskakis llamaba a la épica con un ambiente ensordecedor, pero los jugadores no parecieron recibir el mensaje ni mostrar la garra que debían haber exhibido para recuperarse del varapalo del 3-0 en el Ciutat de València. Es más, un extraordinario corner botado por la talentosa zurda de Barkero suponía el gol de Martins con un testarazo en el área pequeña. Silencio sepulcral. 8 minutos y el Levante había apagado el conato de incendio en el infierno del Pireo. El Olympiacos necesitaba de una manita y la intermediación del propio Zeus para eliminar a los granotas.
A partir del gol llegó una aparente calma. El cuadro ateniense no intimidaba a un Levante que se sentía cómodo ante tan poca hostilidad y con el resultado de cara. Sólo Vlachodimos, desde la banda derecha, y Machado sacaban algo de orgullo y peligro en sus acciones. Mientras el cuadro valenciano interpretaba a la perfección su papel buscando con el último pase a una bala como Martins.
La historia no varió en el segundo tiempo. algo más de iniciativa en los rojiblancos pero porque el Levante se dejaba maniatar para tener más espacios en el repliegue, circunstancia que aprovechaban tanto Barkero, Juanfran como Míchel, dos consumados especialistas en moverse con balones en profundidad, pero los hombres de JIM no querían hacer más daño y se mostraban clementes frente a su rival. Hasta Navas tuvo su ración de gloria cuando el arquero costarricense se estiraba para despejar un gol cantado en el 89'.
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El primer elemento para los helenos se cumplió con un bullicioso y colorido estadio. El Georgios Karaiskakis llamaba a la épica con un ambiente ensordecedor, pero los jugadores no parecieron recibir el mensaje ni mostrar la garra que debían haber exhibido para recuperarse del varapalo del 3-0 en el Ciutat de València. Es más, un extraordinario corner botado por la talentosa zurda de Barkero suponía el gol de Martins con un testarazo en el área pequeña. Silencio sepulcral. 8 minutos y el Levante había apagado el conato de incendio en el infierno del Pireo. El Olympiacos necesitaba de una manita y la intermediación del propio Zeus para eliminar a los granotas.
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La historia no varió en el segundo tiempo. algo más de iniciativa en los rojiblancos pero porque el Levante se dejaba maniatar para tener más espacios en el repliegue, circunstancia que aprovechaban tanto Barkero, Juanfran como Míchel, dos consumados especialistas en moverse con balones en profundidad, pero los hombres de JIM no querían hacer más daño y se mostraban clementes frente a su rival. Hasta Navas tuvo su ración de gloria cuando el arquero costarricense se estiraba para despejar un gol cantado en el 89'.
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