Getty
Este Bayern asusta. La temporada de los bávaros está siendo inmaculada. La gran distancia con el Borussia Dortmund garantiza otra nueva ensaladera, a falta de 11 jornadas de Bundesliga, salvo hecatombe. El objetivo de los muniqueses sigue siendo la Champions con un quinto título que se resiste, el cual se ha acariciado con las manos recientemente y que este año parece muy cerca. Porque sólo el Leverkusen y el BATE Borisov, en un octubre negro, han sido capaces de vencer al Bayern. Un equipo que se muestra demoledor, un rodillo rojo que aspira a todo.
El choque arrancó con un espíritu festivo y con la mirada puesta en los banquillos por el homenaje del club bávaro a Jupp Heynckes y por la histórica cifra de Thomas Schaaf, con 750 encuentros en la dirección del equipo de Bremen. Un equipo que comenzó bien su partido en el Allianz, con más oportunidades y peligro ante un Bayern que presentaba cambios en su once inicial para uno de los 'clásicos' del fútbol teutón. El Bayern estaba en fase de precalentamiento y el Werder estaba desaprovechando su momento.
La presión de los muniqueses iba subiendo en intensidad con el paso de los minutos, anunciando la descarga que iniciaba Lahn por la derecha, a los 24', para poner un balón con cuatro posibles rematadores, Robben fue el que finalmente metió la pierna para colocar el primer tanto de la tarde. Acto seguido, una falta botada por el propio Robben permitía a Javi Martínez cabecear el segundo. Thomas Schaaf miraba al electrónico del Allianz Arena para confirmar que antes de la media hora de juego ya llevaba dos goles en contra. El poder bávaro comenzaba a ser insultante, a la altura del ritmo exhibido en esta temporada tanto en Alemania como en competición continental.
El dominio del Bayern iba a encontrar un aliciente extra al filo del descanso con la expulsión del central austriaco Prödl por derribo sobre Mario Gómez. Si el equipo del norte de Alemania había dado la impresión de ir perdiendo fuerza a medida que avanzaba el tiempo, esta tarjeta roja parecía el estocazo definitivo para sufrir en los siguientes 45 minutos. Una muerte prematura.
Como era de suponer, sólo 3 minutos de la reanudación y Mario Gómez aparecía por la derecha para servir a Ribéry al área chica. El checo, revelación de la Euro'12, Theodor Gebre Selassie anotaba en su propia portería para incrementar las desgracias del cuadro de Schaaf en el partido. El Werder se desangraba y más cuando llegaba el cuarto, a continuación, con Ribéry haciendo una vaselina y Mario Gómez remachando. Se invertían los papeles para continuar una fiesta bávara que parecía no tener fin.
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Este Bayern asusta. La temporada de los bávaros está siendo inmaculada. La gran distancia con el Borussia Dortmund garantiza otra nueva ensaladera, a falta de 11 jornadas de Bundesliga, salvo hecatombe. El objetivo de los muniqueses sigue siendo la Champions con un quinto título que se resiste, el cual se ha acariciado con las manos recientemente y que este año parece muy cerca. Porque sólo el Leverkusen y el BATE Borisov, en un octubre negro, han sido capaces de vencer al Bayern. Un equipo que se muestra demoledor, un rodillo rojo que aspira a todo.
El choque arrancó con un espíritu festivo y con la mirada puesta en los banquillos por el homenaje del club bávaro a Jupp Heynckes y por la histórica cifra de Thomas Schaaf, con 750 encuentros en la dirección del equipo de Bremen. Un equipo que comenzó bien su partido en el Allianz, con más oportunidades y peligro ante un Bayern que presentaba cambios en su once inicial para uno de los 'clásicos' del fútbol teutón. El Bayern estaba en fase de precalentamiento y el Werder estaba desaprovechando su momento.
La presión de los muniqueses iba subiendo en intensidad con el paso de los minutos, anunciando la descarga que iniciaba Lahn por la derecha, a los 24', para poner un balón con cuatro posibles rematadores, Robben fue el que finalmente metió la pierna para colocar el primer tanto de la tarde. Acto seguido, una falta botada por el propio Robben permitía a Javi Martínez cabecear el segundo. Thomas Schaaf miraba al electrónico del Allianz Arena para confirmar que antes de la media hora de juego ya llevaba dos goles en contra. El poder bávaro comenzaba a ser insultante, a la altura del ritmo exhibido en esta temporada tanto en Alemania como en competición continental.
El dominio del Bayern iba a encontrar un aliciente extra al filo del descanso con la expulsión del central austriaco Prödl por derribo sobre Mario Gómez. Si el equipo del norte de Alemania había dado la impresión de ir perdiendo fuerza a medida que avanzaba el tiempo, esta tarjeta roja parecía el estocazo definitivo para sufrir en los siguientes 45 minutos. Una muerte prematura.
Como era de suponer, sólo 3 minutos de la reanudación y Mario Gómez aparecía por la derecha para servir a Ribéry al área chica. El checo, revelación de la Euro'12, Theodor Gebre Selassie anotaba en su propia portería para incrementar las desgracias del cuadro de Schaaf en el partido. El Werder se desangraba y más cuando llegaba el cuarto, a continuación, con Ribéry haciendo una vaselina y Mario Gómez remachando. Se invertían los papeles para continuar una fiesta bávara que parecía no tener fin.
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