En una Premier cada vez más teñida de “Red”, llegaba el Chelsea al Etihad Stadium para enfrentarse al Manchester City de Mancini. A 15 del United antes de comenzar el partido, los “citizens” no podían permitirse pinchar si querían seguir con vida en la Premier, y no lo ha hecho, tras dominar un partido que pudo cambiar de rumbo si Hart no le hubiese parado un penalti a Lampard, y que al final mataron en la segunda parte. Poco Chelsea, efectivo City
Salió el City con Javi García y Jack Rodwell como pareja de mediocentros, con Yayá Touré por delante actuando de enganche. Samir Nasri se quedó en el banquillo, lo cual, después de las declaraciones de Mancini diciendo que el francés estaba ofreciendo el 50% de sus posibilidades sobre el campo, no sorprendió a nadie. El capitán de los ‘citizens’, Vincent Kompany, no se había recuperado de la lesión que le mantiene apartado de los terrenos de juego desde finales de enero, con lo que la pareja de centrales elegida ha sido la formada por Kolo Touré y Nastasic, con Lescott en el banquillo. Por su parte el Chelsea, que jugó el jueves un intenso partido de Europa League frente al Sparta de Praga, salió con Demba Ba en punta, en lugar de Torres. Otros titulares como Terry, Oscar o Azpilicueta también acompañaban al de Fuenlabrada en el banco.
En una primera parte sin mucha historia, fue el City quien controló el juego. Nastasic en el minuto 14 pudo adelantar a los suyos con un remate de cabeza picado que salvó Cech. El defensa serbio realizó un gran partido, demostrando que no se equivocaron al traerle desde la Fiorentina, a cambio de Savic. Con el reloj marcando los 20 minutos de partido, fue el Kun Agüero, quien, tras sentar a Cech, vio como el balón se le iba demasiado largo, impidiendo un remate que habría entrado con toda seguridad. A la media hora, Jack Rodwell vio la tarjeta amarilla, lo que pareció darle alas. Y es que en los siguientes 15 minutos remató hasta 4 balones con peligro. Poco después era Ramires, el brasileño del Chelsea, quien vería la cartulina amarilla por una entrada a Yayá Touré. A los 40 minutos, una pared entre Silva y el Kun terminó con el balón cayendo a las inmediaciones de Zabaleta, que de volea la rompió. Cahill, acertado, despejó con la cabeza un remate que tenía pinta de gol. Tras otras dos tarjetas amarillas, a Kolo Touré y al propio Zabaleta, el colegiado André Marriner pitó el final de una primera parte sin goles, pero entretenida, como lo suelen ser los partidos de la Premier.
Empezó el segundo tiempo sin cambios en los onces iniciales de ambos equipos, y a los 3 minutos el Kun avisaba de las ganas del City de llevarse los 3 puntos con una semi-chilena acrobática, estética pero inefectiva, ya que el esférico se marchó muy desviado de la portería defendida por Cech. Dos minutos después llegaría una de las jugadas claves del partido. Y es que una contra del Chelsea acabó con Joe Hart derribando a Demba Ba clamorosamente dentro del área. El árbitro señaló la pena máxima, sin mostrar siquiera tarjeta amarilla al portero de la selección inglesa. En España, no se habría librado de la roja. Parece que en Inglaterra entienden que el “penalti y expulsión” ha de ser ponderado, y que en muchas ocasiones dicha medida es un castigo desmedido. El penal lo lanzó Frank Lampard, en su búsqueda de goles para lograr ser el pichichi histórico del cuadro “Blue” antes de marcharse este verano, pero su buen lanzamiento lo paró Hart de manera espectacular, adivinando la trayectoria del tiro, fuerte y abajo, pegado a su palo derecho. Tremenda parada de un arquero al que se le dan muy bien estos lances.
Poco después Mancini sacó del campo a Rodwell para meter al “Apache” Tévez, buscando más mordiente arriba, retrasando la posición de Yayá Touré, a sabiendas de la mayor llegada del costamarfileño desde la posición que dejó libre Rodwell. Pareció surtir efecto el cambio, ya que 3 minutos más tarde Agüero se plantó delante de Cech y su balón picado, marca de la casa, se marchó por alto. El Chelsea había quedado un poco grogui tras el fallo del penalti, y lo intentaba con contras infructuosas. Asi, en el minuto 63, un gran pase del canario David Silva llegó a las botas de Yayá Touré, que se metió dentro del área por pura zancada, paró el tiempo, y con un toque de rosca, sutil y colocado, cruzó el balón al portero checo, que no pudo más que observar como el balón se alojaba en el fondo de su red. Golazo del marfileño, demostrando unas vez más lo importante que es para este City.
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