La pegada del Sevilla y lo errores tanto en defensa como en ataque del Celta le condenaron a caer por 4-1 en Nervión. Sorprendió Emery en el once inicial con la presencia de Manu Del Moral y Fernando Navarro, que hoy jugó como central, en lugar de Reyes y Botía, claramente señalados tras su pobre actuación frente al Atlético. En los primeros minutos nadie supo llevar la manija del partido, la primera la tuvo Aspas pero la sacó Beto pero el Sevilla sí supo aprovechar su primera ocasión, Navas recibió, encaró, la puso y su amigo Varas la sacó, pero el rebote le cayó a Negredo que solo tuvo que empujarla ante la pasividad de la defensa celeste.
Solo un par de minutos después, Manu Del Moral mandó por encima del larguero una clara ocasión para hacer el 2-0. A pesar de la ventaja local, los gallegos manejaban el partido y Orellana, Aspas y Augusto Fernández metieron el miedo en el cuerpo al escaso público que se daba cita en Nervión pero no terminaron de acertar. Pero en el equipo de Nervión, hay un extremo que sí que no falla, Navas volvió a entrar en solitario para provocar una jugada calcada a la del primer gol y en la que Negredo nuevamente solo tuvo empujar la bola a la mallas.
El Celta no se arrugó y siguió a lo suyo, era cuestión de tiempo que la inexperta pareja de centrales de los andaluces errase y fue en el 40 cuando Aspas le robó la cartera a Navarro y cedió a Fernández para que marcase a placer desde el punto de penalti. Los vigueses se lo creyeron y Orellana cantó el empate cuando un fortísimo disparo suyo se estrelló en el larguero. A Emery no le gustaba lo que veía y tras la reanudación, quitó a un inactivo Del Moral e indultó a Reyes.
La segunda parte comenzó con alternancia de ocasiones y un carrusel de cambios de Abel Resino, que refrescó su ataque dando entrada a Pranjic en lugar de Orellana en busca del empate. El partido era una ruleta rusa en la que cualquiera podía marcar, y nuevamente los nervionenses alardearon de pegada. Primero fue Gary Medel que hizo el 3-1 con un disparo duro y con efecto desde fuera del área que Varas no acertó a atajar. Sin tiempo para reaccionar, Negredo redondeaba su noche y cerraba el partido con el tercero en su cuenta particular y el tercer tanto en el que aprovechaba un rechace.
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