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Conte aprovechó el encuentro del pasado miércoles para rotar a varios jugadores habituales. El resultado obtenido en la ida contra el Celtic le permitía sentirse libre para dar descanso a los hombres más importantes de su plantilla con el fin de que estuvieran totalmente frescos para afrontar el encuentro de hoy contra el Catania. Porque la Champions es el sueño de la temporada, pero Conte sabe que lo primordial es revalidar el título. Tenía que aprovechar el mal momento de un Nápoles incapaz de hacer goles para alejarse aún más.
El esquema típico de la Juventus consiguió dominar de cabo a rabo al Catania, al que le cuesta amoldarse a un juego de contención, ya que el equipo de Rolando Maran es el encargado habitualmente de llevar la iniciativa en sus partidos. Pero aun así sorprende el planteamiento tan conservador de los sicilianos, que acumulaban hasta diez hombres en torno a su área para evitar los ataques bianconeri, dejando demasiado solo arriba a Alejandro ‘Papu’ Gómez, que apenas tenía mínimas opciones de contragolpear. Al recibir el balón, normalmente llovido desde su defensa, el argentino se encontraba ante los tres centrales juventinos, por lo que normalmente perdía la posesión con facilidad. Cuando el Catania tenía el esférico, atacaba a la Juve con pocos hombres tratando de aprovechar los huecos en las bandas que dejaban Lichtsteiner y Asamoah, pero sin premio.
Especialmente en la primera parte, el dominio de la Juve fue total, aunque les costaba encontrar el hueco suficiente para crear ocasiones de peligro. Vucinic y Giovinco estaban muy encerrados entre la defensa de tres de Maran, y el juego por las bandas no funcionaba ya que los centros no encontraban rematador. Para la Juve empieza a ser preocupante el nivel de Asamoah después de la Copa de África. No desborda, no crea superioridades ni peligro. Lo más trascendente del juego de la Juventus eran las incorporaciones desde atrás de Claudio Marchisio, el hombre quizás más determinante de su equipo en el primer acto. La mejor ocasión, ante tal embrollo por el centro, se produjo cuando Almirón no acertó a despejar un balón, y le cayó a Vucinic, que al girarse se encontró el palo.
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