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La delicada salud financiera del fútbol español se refleja en la descomunal deuda de los clubes a Hacienda Pública, que asciende a 690,4 millones de euros. Dicha cantidad ha decrecido en un 8,2% como consecuencia del plan de control llevado a cabo por la Agencia Tributaria (AEAT).
Esta cifra corresponde, en la mayoría de los casos, a las entidades de la Primera división (con 535,8 millones), mientras que las instituciones de Segunda, y categorías inferiores, deben 'apenas' unos 154,6 millones de euros.
La deuda con Hacienda de los equipos que están en concurso de acreedores alcanzaba a finales de febrero los 399,7 millones, una suma frente a la que no se puede llevar a cabo ninguna actuación de cobro. La AEAT está persiguiendo a los clubes de fútbol para saldar dichos balances de manera firme, como ellos mismos reconocen, "con todos los medios que el ordenamiento jurídico pone a su disposición, del mismo modo que a cualquier otro obligado tributario".
A finales del pasado año, fue la propia Agencia Tributaria la que advirtió de realizar medidas cautelares y embargos ante los clubes que siguieran generando nueva deuda. De hecho, en los últimos meses se han desarrollado distintos embargos sobre la participación de los clubes en la recaudación de las quinielas o sobre los derechos audiovisuales, así como los derivados de la transmisión de derechos federativos de sus jugadores. Medidas que por ahora parecen insuficientes.
Todo ello con el único objetivo de impedir la generación de más deuda y reducir el importe de la ya existente para lograr que en el medio plazo se pongan todas las entidades al corriente de pago. La LFP y el CSD están trabajando en un plan conjunto que permita que el fútbol español no tenga ninguna deuda con la Hacienda Pública.
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A finales del pasado año, fue la propia Agencia Tributaria la que advirtió de realizar medidas cautelares y embargos ante los clubes que siguieran generando nueva deuda. De hecho, en los últimos meses se han desarrollado distintos embargos sobre la participación de los clubes en la recaudación de las quinielas o sobre los derechos audiovisuales, así como los derivados de la transmisión de derechos federativos de sus jugadores. Medidas que por ahora parecen insuficientes.
Todo ello con el único objetivo de impedir la generación de más deuda y reducir el importe de la ya existente para lograr que en el medio plazo se pongan todas las entidades al corriente de pago. La LFP y el CSD están trabajando en un plan conjunto que permita que el fútbol español no tenga ninguna deuda con la Hacienda Pública.
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