Mario Bermejo ha decidido el trascendental duelo entre Celta y Real Zaragoza que salían a Balaídos como los dos últimos clasificados de la Primera división. El agónico tanto del cántabro invierte los roles de ambos equipos en la tabla y proporciona al conjunto de Abel Resino la ventaja del gol-average ante los maños, quienes podrían tener un cambio en el banquillo tras este resultado.
La final por la permanencia arrancaba con la lógica tensión de la cita. El Real Zaragoza salió más ofensivo de lo que su dibujo táctico anunciaba -con tres hombres en la medular-, mientras que el Celta pasaba de un nerviosismo inicial que agarrotaba las ideas a la posterior precipitación. No era para menos, los celestes se jugaban no perder la estela de la salvación y los blanquillos recuperar su identidad perdida saliendo del pozo.
Un jarro de agua fría caía sobre Balaídos en el minuto 25 cuando un buen centro de Apoño, en un libre directo, era cabeceado por Sapunaru en el área pequeña ante la pasividad de la defensa olívica. La desesperación de la grada se trasladaba a los jugadores locales, presos de sus imprecisiones. Sólo Álex López parecía tener en mente la portería de Roberto y tras haberlo intentado con un par de disparos, nivelaba el marcador con un testarazo a servicio de Augusto desde la derecha. Las sensaciones cambiaban, el empate devolvía la fe al Celta y el control del choque.
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La final por la permanencia arrancaba con la lógica tensión de la cita. El Real Zaragoza salió más ofensivo de lo que su dibujo táctico anunciaba -con tres hombres en la medular-, mientras que el Celta pasaba de un nerviosismo inicial que agarrotaba las ideas a la posterior precipitación. No era para menos, los celestes se jugaban no perder la estela de la salvación y los blanquillos recuperar su identidad perdida saliendo del pozo.
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