Augusto César Lendoiro cumple este jueves 25 años como presidente del Deportivo. Celebra sus bodas de plata al frente del club en uno de sus peores momentos con la entidad en Segunda, en concurso de acreedores y sin tener el control económico, que ha pasado a manos de los administradores.
De todos modos, a pesar de esta delicada situación, Lendoiro mantiene la esperanza de reconducir la sociedad. Y sabe cómo hacerlo. Él llevó al Dépor a las mejores cotas de su historia y llenó las vitrinas de títulos: una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España, algo impensable para una entidad que había pasado más tiempo en Segunda que en Primera.
El 13 de junio de 1988 fue elegido presidente. Con el Dépor en Segunda, Lendoiro cogió las riendas en un momento complicado, con el aval de lo que había realizado en el Liceo de hockey sobre patines, al que convirtió en el mejor del mundo.
A Primera en 1991
En la 1990-91, el Dépor subió a Primera. Empezó la edad de oro. Pasó de ser un equipo del montón a pelear los títulos con el Real Madrid y el Barcelona. Tras conseguir la permanencia después de una sufrida promoción contra el Betis, la llegada de Bebeto y Mauro Silva, entre otros, convierte al Dépor en el Súper Dépor. Con Arsenio Iglesias en el banquillo, los blanquiazules pasan a ocupar la parte noble de la tabla.
Toda España lloró en el 94 la Liga perdida en el último minuto tras fallar Djukic un penalti contra el Valencia. Un año después, el fútbol fue justo y dio a los coruñeses el primer título del fútbol gallego con la conquista de la Copa del Rey, precisamente, contra el Valencia, una justicia que terminaría de redondearse en el 2000, cuando el Dépor se proclamó campeón de Liga. ''España nos debía una'', aseguró Lendoiro.
''El ‘Centenariazo’ fue histórico, todo el mundo lo recordará''
Pero el logro que más recuerda fue la Copa del Rey del 6 de marzo de 2002 ante el Madrid en el Bernabéu, el día del centenario del club blanco. ''Se esperaba tan poco que pudiese ocurrir eso que el Real Madrid suspendió los actos del centenario que quedaban por celebrar. Fue una final súper histórica que recordará todo el mundo. Jugamos mucho mejor. De todo lo conseguido, me quedo con el Centenariazo'', dice Lendoiro.
El Dépor pudo incluso proclamarse campeón de Europa, pero perdió en semifinales contra el Oporto. Y es que la edad dorada no se circunscribió sólo a España. El Dépor dio lecciones de fútbol por Europa.
156 millones de deuda
Pero no toda la obra de Lendoiro es positiva. Dentro del debe del presidente hay dos aspectos: la deuda generada, que asciende a 156 millones, según los administradores, y las continuas desavenencias con ex jugadores. Ninguno de los mitos del deportivismo -Bebeto, Fran o Valerón- se fueron de la mejor manera y, prácticamente, ningún ex trabaja en el club.
Además, los años gloriosos provocaron una deuda que hizo que poco a poco los objetivos tuviesen que ir reduciéndose hasta bajar a Segunda dos veces en tres años. Lendoiro ha justificado esta gran inversión como necesaria para pelear por títulos. ''No nos hemos gastado el dinero en fiestas y saraos'', afirmó en una Junta de Accionistas.
Pero la deuda se hizo inasumible y ha provocado que el club haya entrado en concurso de acreedores y que su futuro sea incierto. Lendoiro, que despierta fibias y fobias, se ha mantenido al mando 25 años. Su futuro al frente del club no está claro. De lo que no hay duda es que ha sido el presidente de la mejor época del club.
MARCA
este personaje lo mejor que podia haber hecho era irse cuando el depor bajo la primera vez o incluso antes, tuvo años muy buenos pero del pasado no se puede vivir y estos ultimos años quitando el ascenso del año pasado su gestion ha sido un desastre
De todos modos, a pesar de esta delicada situación, Lendoiro mantiene la esperanza de reconducir la sociedad. Y sabe cómo hacerlo. Él llevó al Dépor a las mejores cotas de su historia y llenó las vitrinas de títulos: una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España, algo impensable para una entidad que había pasado más tiempo en Segunda que en Primera.
El 13 de junio de 1988 fue elegido presidente. Con el Dépor en Segunda, Lendoiro cogió las riendas en un momento complicado, con el aval de lo que había realizado en el Liceo de hockey sobre patines, al que convirtió en el mejor del mundo.
A Primera en 1991
En la 1990-91, el Dépor subió a Primera. Empezó la edad de oro. Pasó de ser un equipo del montón a pelear los títulos con el Real Madrid y el Barcelona. Tras conseguir la permanencia después de una sufrida promoción contra el Betis, la llegada de Bebeto y Mauro Silva, entre otros, convierte al Dépor en el Súper Dépor. Con Arsenio Iglesias en el banquillo, los blanquiazules pasan a ocupar la parte noble de la tabla.
Toda España lloró en el 94 la Liga perdida en el último minuto tras fallar Djukic un penalti contra el Valencia. Un año después, el fútbol fue justo y dio a los coruñeses el primer título del fútbol gallego con la conquista de la Copa del Rey, precisamente, contra el Valencia, una justicia que terminaría de redondearse en el 2000, cuando el Dépor se proclamó campeón de Liga. ''España nos debía una'', aseguró Lendoiro.
''El ‘Centenariazo’ fue histórico, todo el mundo lo recordará''
Pero el logro que más recuerda fue la Copa del Rey del 6 de marzo de 2002 ante el Madrid en el Bernabéu, el día del centenario del club blanco. ''Se esperaba tan poco que pudiese ocurrir eso que el Real Madrid suspendió los actos del centenario que quedaban por celebrar. Fue una final súper histórica que recordará todo el mundo. Jugamos mucho mejor. De todo lo conseguido, me quedo con el Centenariazo'', dice Lendoiro.
El Dépor pudo incluso proclamarse campeón de Europa, pero perdió en semifinales contra el Oporto. Y es que la edad dorada no se circunscribió sólo a España. El Dépor dio lecciones de fútbol por Europa.
156 millones de deuda
Pero no toda la obra de Lendoiro es positiva. Dentro del debe del presidente hay dos aspectos: la deuda generada, que asciende a 156 millones, según los administradores, y las continuas desavenencias con ex jugadores. Ninguno de los mitos del deportivismo -Bebeto, Fran o Valerón- se fueron de la mejor manera y, prácticamente, ningún ex trabaja en el club.
Además, los años gloriosos provocaron una deuda que hizo que poco a poco los objetivos tuviesen que ir reduciéndose hasta bajar a Segunda dos veces en tres años. Lendoiro ha justificado esta gran inversión como necesaria para pelear por títulos. ''No nos hemos gastado el dinero en fiestas y saraos'', afirmó en una Junta de Accionistas.
Pero la deuda se hizo inasumible y ha provocado que el club haya entrado en concurso de acreedores y que su futuro sea incierto. Lendoiro, que despierta fibias y fobias, se ha mantenido al mando 25 años. Su futuro al frente del club no está claro. De lo que no hay duda es que ha sido el presidente de la mejor época del club.
MARCA
este personaje lo mejor que podia haber hecho era irse cuando el depor bajo la primera vez o incluso antes, tuvo años muy buenos pero del pasado no se puede vivir y estos ultimos años quitando el ascenso del año pasado su gestion ha sido un desastre